Delinquir no es rentable, aunque en algunos delitos, como el robo con fuerza en el interior de vehículos, parece que sí lo es. Ninguna de las personas que detiene la Policía en Alicante por este tipo de hecho delictivo ingresa en prisión preventiva debido al leve castigo que se contempla en el Código Penal y cuando pasan a disposición judicial quedan en libertad a la espera de juicio. La oleada de robos en el interior de vehículos que se está registrando desde el pasado mes de enero en garajes comunitarios de la ciudad de Alicante -especialmente en la Albufereta- aún no se ha detenido y ayer se expandió al barrio Nuevo San Blas, donde forzaron 18 trasteros y tres vehículos más.

Aunque a más de un vecino de Alicante le parezca que la Policía Nacional está de brazos cruzados en este asunto, no es así. Buena prueba de ello es que en el último trimestre del pasado año detuvieron a 104 personas por robos en coches y entre enero y la primera quincena de febrero las detenciones rondan ya el medio centenar. La media es de un arrestado al día pero, sin embargo, las casi 150 personas detenidas por este delito fueron puestas en libertad tras prestar declaración en el juzgado de guardia.

Este mismo mes la Policía Nacional sorprendió tres veces en menos de una semana a un delincuente habitual robando en coches y pese a que se emitió un informe para el juzgado sobre el historial del sospechoso, éste volvió a quedar libre.

El motivo principal por el que los jueces no acuerdan el ingreso en prisión preventiva ni los fiscales piden el encarcelamiento de estos presuntos ladrones es que el artículo 240 del Código Penal contempla un castigo de entre uno y tres años de prisión. Si el acusado no tiene antecedentes penales, por estos hechos como mucho será condenado a un año de cárcel y por tanto la medida de prisión preventiva no cabe, por lo que el detenido queda en libertad provisional para someterse a un juicio rápido en un corto espacio de tiempo, aunque no siempre es así.

En el caso de que el ladrón de coches tenga antecedentes, la pena puede llegar a ser de dos años de prisión. En estos casos también lo normal es que el arrestado quede libre mientras se celebra el juicio y sale la condena y se ejecuta.

Hace años, los jueces podían ordenar el ingreso de personas que delinquían amparándose en la alarma social que había generado el hecho delictivo, pero esta posibilidad se desechó después de varios pronunciamientos en contra del Tribunal Constitucional.

La saturación de las prisiones es otra de las causas por las que no se abusa de la medida de prisión preventiva salvo para los delitos más graves.

A los motivos mencionados se añade el colapso en los juzgados de lo Penal de Alicante, donde han aumentado un 50 por ciento su carga de trabajo en los dos últimos años y eso se traduce en retrasos tanto en la celebración de juicios como en las ejecutorias de las sentencias condenatorias. Al final, el beneficiario de estos retrasos es el delincuente condenado que pospone su ingreso en prisión. El Palacio de Justicia de Alicante llevaba diez años sin crear un nuevo juzgado de lo Penal y en diciembre se puso en marcha el número ocho.

Ante esta situación, la medida que puede ser más efectiva para reducir la incidencia de estos delitos es la prevención. Asimismo, la Comisaría de Alicante ha puesto en marcha un dispositivo que está permitiendo detener a ladrones de vehículos pero aún falta por apresar a los autores de los robos en garajes comunitarios.

Otro asalto en un garaje de Nuevo San Blas

Un garaje comunitario de varios bloques de una urbanización de Nuevo San Blas ha sido el último escenario de la oleada de robos en el interior de vehículos y trasteros. A diferencia de los últimos asaltos en la zona de Miriam Blasco, donde los ladrones se centraron en forzar vehículos y sólo algún trastero, ayer fue a la inversa y los asaltantes forzaron las puertas de 18 trasteros y los cristales de al menos tres vehículos, uno de ellos una furgoneta cuyo propietario ya ha sufrido tres robos similares.

En el garaje comunitario de varios edificios de la avenida Cardenal Francisco Álvarez hay 172 trasteros correspondientes a otras tantas viviendas y sus cerraduras aparecieron reventadas a primera hora de ayer, aunque un vecino que se iba a trabajar a las cuatro de la madrugada ya descubrió que habían recibido la visita de los ladrones. Varios vecinos se quejaban ayer de "la falta de seguridad" y se planteaban la necesidad de contratar un vigilante para evitar nuevas sorpresas desagradables. Los vecinos revisaban ayer sus trasteros para ver qué efectos les han sustraído y presentar una denuncia.

La Policía Científica realizó una inspección ocular en el garaje con el fin de recabar pruebas que permitan identificar a los ladrones.