Enfermedad y soledad es una nefasta combinación que a diario se palpa en cualquier hospital. Una realidad contra la que luchan cerca de 200 personas en la ciudad de Alicante, que dedican su tiempo a ejercer como voluntarios en las dos asociaciones que nacieron en el seno de los hospitales de San Juan y en el General. Una labor que no sólo es cuestión de ofrecer tiempo, sino también de tener aptitudes. Y es que para ser voluntario de cualquiera de las dos asociaciones es preciso pasar por un periodo de formación y de selección.

Humanizar es el nombre, y de paso el objetivo, de la más joven de estas asociaciones, creada en el Hospital de San Juan hace ahora un año a través de la Comisión de Humanización del centro. En ella trabajan de manera altruista unas 35 personas, aunque su número "varía mucho dependiendo de la época del año o de las circunstancias personales de los voluntarios", explica Paquita Polo, coordinadora de este servicio. Estudiantes, parados, jubilados.... el perfil es muy diverso, aunque a Polo lo que más le sorprende "es la enorme solidaridad de la gente joven". Rosa es una de las voluntarias que, casi desde el primer día, forma parte de Humanizar. "Siempre tuve la ilusión de ser voluntaria en un hospital, hasta que vi un cartel en el de San Juan y me apunté". Aunque no es capaz de concretar lo que más le satisface de su trabajo, "porque me gusta todo", sí reconoce que la parte más dura "es ver a los ancianos solos, pero aún así me encanta acompañarlos".

La misión fundamental de estos voluntarios es la de acompañar a aquellos pacientes que se encuentran solos y llevarles a las diferentes pruebas que deben hacerse. También están junto a los pacientes antes de entrar al quirófano "porque es un momento muy delicado" y junto a los niños ingresados en planta "a quienes le leemos cuentos y les llevamos juguetes". Además, varias veces por semana llevan una biblioteca móvil a la planta de Psiquiatría. Empatía, saber escuchar, saber prestar atención y una mirada a tiempo son las cuatro cualidades que, a juicio de Polo, debe reunir un voluntario que desee trabajar en el ámbito hospitalario.

Un poco más antigua es la asociación de voluntarios del Hospital General, Avolhal, que comenzó su andadura en 2005 y que hoy agrupa a 153 personas, también de diferentes perfiles. Su labor se prolonga durante los 365 días del año, "ya que aquí no hay Reyes, ni Navidad, ni Año Nuevo", explica Manolo Costa, coordinador de este servicio.

Su labor principal también se centra, entre otros aspectos, en el acompañamiento de pacientes que están solos, en la asistencia antes de entrar en quirófano y en el entretenimiento de los niños que están ingresados. "No recibimos ningún tipo de subvención y lo único que recibimos del hospital en un despacho con un ordenador y un teléfono para poder estar localizables cuando se nos necesita", añade Costa. Luz Aurora Muñoz es una de las últimas voluntarias en incorporarse a Avolhal. Natural de Colombia, asegura que el ámbito del trabajo social "siempre me había llamado la atención" y destaca como el aspecto más gratificante "el poder animar a las personas que están en una situación difícil, aunque a veces te llevas palos muy duros estando aquí". Situaciones ante las que su compañero Nicolás Trigueros, que ejerce como voluntario junto a su mujer, asegura "requieren que cambies el chip".