Hace tres años sonó el móvil de un alto ejecutivo de Microsoft España. Era un mensaje de Bill Gates, quien hasta su retiro ha utilizado este sistema para contactar de forma simultánea con sus cientos de directivos en el mundo. El presidente les vino a decir algo así como: "He tenido un sueño. Nuestro futuro pasa por la educación y la sanidad. Ahí tenemos que centrarnos". El alto directivo hizo una mueca de satisfacción porque desde hacía meses venía trabajando en un ambicioso proyecto coordinado con un hospital alicantino, el de Torrevieja, público, aunque de gestión privada (Ribera Salud y Asisa). Así comenzó una historia que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha rubricado esta semana con la firma de un convenio con Microsoft para que la Comunidad se convierta en la sede mundial para desarrollar proyectos informáticos sanitarios. Ahora todos pujan por tenerla, aunque la provincia y, Torrevieja, tienen ventaja porque Microsoft ya está aquí.

El pasado año comenzaron a "lloverle" premios, nacionales e internacionales a este proyecto. El programa, que en definitiva es una historia clínica, se le bautizó como "Florence" y está basado en la tecnología de Microsoft pero desarrollada por el equipo de ingenieros informáticos del centro sanitario, capitaneados por su director, Luis Barcia, y por el jefe de área, Miguel Ortiz. Y entre todos los galardones, Barcia guarda como oro en paño el que les dio Microsoft en otoño del 2009 tras elegirles como "mejor proyecto a nivel mundial" entre los 297 presentados al concurso anual. Si uno husmea en la "web" de Microsoft sólo encuentra una relación entre la sanidad y la Comunidad. Sí, se trata del Hospital de Torrevieja y un título elocuente: "Sanidad eficiente gracias a la tecnología". ¿Es el sueño de Bill Gates?

Visitar el Hospital de Torrevieja es adentrarse en un proyecto pionero. En una sala de trabajo se puede contar hasta veinte informáticos y las pantallas copan el espacio. Y no sólo eso, la misma tecnología se va a exportar al nuevo Hospital de Elche, también gestionado por Ribera Salud. Por si hace falta más argumentos, el próximo jueves está previsto el desembarco de 20 ingenieros informáticos y ejecutivos de Microsoft que se van a pasar tres días en Torrevieja conociendo más de cerca a "Florence", lo que no deja de ser la punta de lanza de un proyecto que ya tiene cerrada su exportación a la mitad de centros sanitarios de Chile. Pero, ¿quién o qué es "Florence"?

Un simple ejemplo podría servir a cualquier ciudadano para conocer cómo esta informática puede mejorar no sólo la gestión de la salud sino la calidad del servicio. Usted acude al Hospital con su hijo que tiene fiebre, algo habitual, el triaje cataloga la enfermedad, le atiende y, al cabo de tres horas, usted sale del centro sanitario con un antitérmico bajo el brazo. Entonces su móvil suena. Es "Florence" que le pide perdón por esas tres horas y que le dice que de haber acudido a su centro de salud habría tenido el mismo diagnóstico en media hora. ¿No se lo cree? pues así está trabajando el Hospital de Torrevieja, donde no se ve un papel o una radiografía, sólo pantallas de ordenador, por cientos, colocadas sobre mesas, ancladas de la pared y arrojando datos en tiempo real. Por cierto, el médico que tenía que atender a su hijo también lo eligió "Florence" según los criterios que acordaron los propios facultativos.

De hecho, si usted cuando llegó a Urgencias con su niño se hubiera fijado en una de estas pantallas habría descubierto un mapa informático donde aparecen todos los centros de salud del área ¡y los tiempos de espera para ser atendidos en cualquiera de ellos. Esto es "Florence". El Hospital de Torrevieja sólo registró el pasado año un 4% de urgencias no necesarias, la más baja de la Comunidad. "Florence" trabaja las 24 horas del día. Coge el teléfono y da citas (500.000 el pasado año), interpreta voces y, dentro de poco, enviará un mensaje "SMS" de código de barras que leerá cuando el paciente acuda a la consulta.

Este proyecto es tan alicantino que el nombre se lo dio una jefa de servicio y como algunos de ustedes pueden pensar correspondía a la primera paciente cuyos datos se encriptaron. Florence, un nombre tan inglés como la mayor parte de los pacientes de este hospital donde apenas hay colas porque las pantallas táctiles han sustituido a las personas y, al tiempo, elimina antiguos "tics" que los ciudadanos tenemos. Un ejemplo, en cualquier consulta tradicional usted llegará, se pondrá en cola, escuchará (queriendo o sin quererlo) al paciente que hay delante y, finalmente, se dirigirá a otro pasillo donde poco más o menos sabrá cuándo le toca por el número de personas en su misma situación. En Torrevieja no es así. De hecho, cuando uno facilita sus datos a la pantalla no le dan un número sino un código con lo cual nadie sabe cuánto tendrá que esperar. No piensen que es una estrategia para confundir, sino un sistema para evitar que la gente se desespere antes de tiempo. Desde el mismo momentos que usted introdujo sus datos, éstos se volcaron en la pantalla del médico, se pusieron en conocimiento de otros servicios -rayos, analíticas, enfermería,...- y la maquinaria comenzó a funcionar, todos los tiempos corren al unísono porque el paciente ya espera.

Microsoft no se ha decidido por la Comunidad por lo que ya está en marcha, sino por lo que puede venir por detrás. Todas la historia clínica están digitalizada. Si alguien quiere llevarse una radiografía para una consulta médica le darán un DVD, si alguien tuvo un problema en el quirófano, no se preocupe, porque "Florence" habrá grabado su ritmo cardiaco en la mesa de operaciones.

El alcalde de Torrevieja ha sido uno de los que ha alzado su voz para reclamar la instalación. Pedro Hernández Mateo, un campista confeso, no habla de cómo van las conversaciones y, sobre todo, qué piensa Camps. Fuentes consultadas por este diario aseguraron que Microsoft España apuesta por Torrevieja, por la provincia, pero que la decisión es del Consell.

Las mismas fuentes añaden que Camps prefiere, por cuestiones políticas, más que de estrategia innovadora, Valencia, una ciudad que carece de un hospital de referencia.