El pulso entre el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por el Tajo-Segura ya es total y absoluto. La número dos popular emplazó ayer a la dirección de Camps a rebajar el tono del debate sobre el trasvase para evitar alimentar el ruído de sables en el PP justo ahora que las encuestas sitúan a Mariano Rajoy más cerca de la Moncloa que nunca. Pero el presidente de la Generalitat no parece dispuesto a ceder. De hecho, la dirección regional del PP ha convocado hoy un acto reivindicativo con alcaldes en la sede provincial de Alicante. Y todo ello, en medio de la batalla entre Génova y el Consell, con el presidente de la Diputación, Joaquín Ripoll, tratando de mediar ante De Cospedal para intentar encontrar una salida al jeroglífico en el que se ha convertido la negociación del Estatuto de Castilla-La Mancha y, por extensión, el futuro de una conducción vital para el abastecimiento de Alicante.

María Dolores de Cospedal necesita una salida para el Estatuto de Castilla-La Mancha. Su objetivo es arrebatar a los socialistas el Gobierno de su comunidad en 2011. Y para eso no puede quedar como la dirigente del PP que se opuso a la aprobación del documento. De momento, Camps no está dispuesto a garantizar esa solución al conflicto. Con esa posición, por tanto, el choque de trenes está garantizado. A la número dos del PP le preocupa que esa lucha territorial afecte a las expectivas electorales de los populares, ahora claramente al alza.

En ese contexto, De Cospedal solicitó a la delegación de los populares valencianos, que encabezó Antonio Clemente, número dos de Camps en el PPCV, rebajar el tono del debate, evitar tensiones internas, alejar cualquier discusión directa sobre el Tajo-Segura y ceñirse a la reclamación del PHN, que derogó en su momento el Gobierno socialista. En el "corrillo", junto a De Cospedal, también estaba presente el secretario general del PP de Castilla-La Mancha y le echaron en cara a Clemente que en la Comunidad se convoquen actes de presión mientras los populares manchegos evitan celebrarlos, tal y como solicitan las bases del PP en esa comunidad, para reducir el conflicto.

Pero Francisco Camps no parece dispuesto a aminorar la velocidad de la máquina para tratar de plantarle cara a De Cospedal -la dirigentes más beligerante con la supuesta implicación del jefe del Consell en el caso Gürtel- e intentar salvar el Tajo-Segura. Todo lo contrario. Hoy mismo, la dirección regional del PP ha convocado un acto con alcaldes en la sede del partido en Alicante. La comisión sectorial de agua del PP de la Comunidad está presidida por la primera edil de Sant Vicent del Raspeig, Luisa Pastor, y está prevista, igualmente, la asistencia del conseller Juan Cotino y del secretario general de los populares valencianos, Antonio Clemente.

¿Y qué hace el presidente del PP de Alicante, Joaquín Ripoll, en este fuego cruzado entre el campismo y Génova? Tratar de sacar la cabeza y mediar ante la propia De Cospedal. Ripoll -que ayer se vio con Ramón Luis Valcárcel en Murcia sin llegar a abordar el asunto- ha mantenido en las últimas horas, de hecho, contactos con la secretaria general del PP. El presidente de los populares alicantinos ha trasladado a De Cospedal su intención de defender el Tajo-Segura pero abriendo una vía al consenso para que la también presidenta del PP en Castilla-La Mancha pueda garantizarse una solución. La número dos de Rajoy, explicaron fuentes conocedoras de los contactos, está receptiva a esa solución que le plantea Ripoll, con una rebaja sustancial de la reserva hídrica, pero, sin embargo, reprocha directamente a Camps que esté taponando los cauces de acuerdo.