Pocos se han podido resistir a contemplar las imágenes invernales que ha dejado el temporal. Y es que gran parte de los alicantinos tenía estas estampas al alcance de su retina, pues la nieve se ha podido ver desde muchos rincones de la provincia. Desde la capital, bastaba con echar la vista hacia las montañas para verlas cubiertas de una espesa capa. Así, a la emblemática postal del litoral de Alicante, con la zona marítima y el monte Benacantil de fondo, se sumó el blanco de las cimas para darle un toque navideño.

En Castalla, los vecinos contemplaron maravillados cómo en las laderas del Castillo había cuajado la nieve caída durante la jornada del lunes. Esta seña de identidad de la localidad lució como nunca rodeada del blanco resplandor de la nieve.

Los copos cayeron con fuerza en las zonas del interior de la provincia durante el lunes y los vecinos todavía sufrieron ayer las consecuencias. En Banyeres, los coches circulaban con dificultad por las carreteras, pero el paisaje que podían ver los pasajeros desde las ventanillas era incomparable. Los copos de nieve cubrían las ramas de los árboles y a ambos lados de la calzada se extendía el manto blanco. En otras localidades, como Benimassot, los vecinos pudieron ver los efectos de la inusual nevada, que dejó una capa de medio metro en las calles.