- ¿El "mobbing" es una forma moderna de esclavitud?

Sí, es una forma de esclavitud que afecta al 13% de la población ocupada (2 millones de personas) y, contrariamente a lo que se piensa, el "mobbing" es objetivable, tiene una serie de conductas que lo evidencian y que pueden demostrarse. Ahora estamos a punto de que el Gobierno legisle este tema en el Código Penal, con una reforma que penaliza hasta con dos años de cárcel al que acose o al que permita que se acose.

- ¿Quién es la víctima del acoso psicológico en el trabajo?

Afecta más a funcionarios públicos, a mujeres y a jóvenes en situación laboral precaria, y a todo aquel que se convierte en amenazante para otros. Por ejemplo, una persona brillante cuyo jefe crea que le puede quitar el puesto.

- ¿La crisis agudiza el acoso?

Sí, de hecho, el incremento en la tasa de "mobbing" en los últimos tres años ha sido del 40%. La crisis provoca que muchos trabajadores acosados, en lugar de denunciar la situación de maltrato se resignan a sufrirlo en silencio porque ahora es difícil marcharse o quejarse de las condiciones. Ello aumenta en estas personas los cuadros de estrés postraumático, depresión, ataques de pánico y somatizaciones.

- El "mobbing" es un fenómeno de poco recorrido aún, pero ¿cuál es la tendencia?

En España es un fenómeno que se estudia hace unos diez años; en otros países, como en Suecia, se empezó a investigar sobre esto en 1984. Nosotros empezamos a hacer los primeros barómetros en los años 1999/2000 y desde entonces ha ido en aumento.

- ¿Cuántas víctimas llegan a denunciar en los tribunales?

Ni siquiera un caso de cada mil es denunciado, es una práctica judicial menor. Muchos trabajadores creen que el acoso psicológico va incluido en el sueldo; otros creen que es difícil probarlo o que la denuncia va a perjudicar sus posibilidades de mantenerse en la empresa. Los jueces tampoco son sensibles y la mayoría de abogados no quieren llevar estos asuntos porque las víctimas son personas en muchos casos desestabilizadas y quedan desamparadas.

- ¿Las empresas deberían implicarse en atajar estos casos?

Algunas empresas están adoptando protocolos anti-"mobbing" y establecen cauces para atender denuncias internas y proteger a los trabajadores, y establecen sanciones muy graves para los acosadores. En la administración pública es una falta muy grave que incluso conlleva la pérdida de la condición de funcionario. En este caso, la Diputación de Alicante fue pionera al elaborar su protocolo en el año 2007, fue modélica y una de las primeras administraciones públicas en adoptar medidas.

- ¿Que se penalice esta conducta contribuirá a su disminución?

Que esté en el Código Penal planteará un elemento pedagógico muy importante, que alguien pueda ser condenado penalmente será algo a tener en cuenta por las empresas, ya que el "mobbing" hoy sigue siendo algo clandestino, deja poco rastro y no se visualiza.

- ¿Cómo es el acosador?

Hay tres perfiles: el psicópata organizacional, que elimina los obstáculos en su camino al poder, frío y calculador y, aparentemente, gente encantadora; el directivo paranoide, que ve ataques por todos lados y vive a la defensiva, y el narcisista, que se compara con todo el mundo, es víctima de una falta de autoestima y perjudicará a los trabajadores más válidos porque son amenazantes.

- ¿El "mobbing" también lo practican los jóvenes directivos?

Sí, es muy habitual en este grupo. Los "killers" son directivos jóvenes que por su inseguridad personal y su necesidad de tener éxito y objetivos a corto plazo hacen lo que sea y pasan por encima de quien sea, queman la fuerza laboral, la maltratan, reinan mediante el terror y la humillación a otros.

- ¿El acoso psicológico en la escuela también es frecuente?

La escuela es donde uno aprende a ser acosador. En el estudio Cisneros X, donde se preguntó a 25.000 chavales, muchos decían que acosaban para que a ellos no le acosaran. Un 23%, uno de cada cuatro escolares es víctima de acoso y el niño que agrede luego puede convertirse en maltratador en el ámbito doméstico y laboral.