Los radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) recién instalados en el litoral de Alicante no detectaron la última patera, ayer con once inmigrantes a bordo, porque la embarcación se hallaba "a muchísimas millas de la costa".

La subdelegada ha informado hoy de que el SIVE es un "instrumento más" que tiene unas funciones concretas y que se enmarca dentro del objetivo del Gobierno central de detectar y detener a las personas que alcanzan España sin documentación para devolverlas a su país de origen, algo que "está funcionando".

De esta forma, ha rechazado las críticas recibidas desde la Generalitat Valenciana por la llegada de la nueva patera, la cuarta en un mes, y ha opinado que el mensaje que deberían lanzar coordinadamente todas las administraciones es que "no vale la pena arriesgar la vida" porque se les arresta y devuelve a sus países de origen.

Además, Llinares ha apuntado que el Gobierno central actúa "en todos los ámbitos" ya que ha abierto líneas de cooperación con los países desde donde salen los inmigrantes.

En cuanto a los indocumentados interceptados ayer en alta mar a la altura de Torrevieja y que desembarcaron en el puerto de Alicante, la subdelegada del Gobierno ha aclarado que, pese a que inicialmente dos declararon ser menores de edad, se ha comprobado que no es así y que los once son adultos.

Otros dos fueron trasladados al hospital por encontrarse en mal estado tras cinco días de travesía, pero ya han recibido el alta, por lo que "afortunadamente se encuentran en un buen estado de salud".

A partir de ahora, el Cuerpo Nacional de Policía los ha puesto a disposición judicial para que sean ingresados en un centro de internamiento de inmigrantes como paso previo a su expulsión del país, tal y como recoge la Ley de Extranjería.

Ha recordado que la patera fue localizada en torno a las 11.30 horas y que se diseñó un operativo en el que participó un helicóptero de la Guardia Civil y una embarcación de Salvamento Marítimo.