Las repercusiones de la destitución de Costa sobrepasaron ayer ampliamente los límites de la Comunidad y se convirtieron casi en el único argumento del debate político en todo el país. PP y PSOE sacaron toda la artillería incluyendo, estos últimos, a un buen número de miembros del Gobierno, como la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que se encargó de responder a las acusaciones de Rajoy sobre el uso partidista de la Justicia. De la Vega avisó que el Ejecutivo no aceptará que se vierta ninguna "sospecha" sobre la independencia de jueces y fiscales. El responsable de Justicia del PP, Federico Trillo, negó ningún conflicto interno aunque admitió "errores de comunicación" y Alberto Ruiz Gallardón reclamó el apoyo de todos los militantes a la dirección de su partido. Habló hasta Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien aseguró que Tejero fue "más decente" que Camps, que "ha dejado tirada a su gente".