Francisco Camps aleccionó ayer a los 54 diputados del PP ante el inminente arranque de un periodo de sesiones -las Cortes volverán a la actividad el próximo martes con el debate de política general- y, durante unas jornadas parlamentarias en Sant Vicent del Raspeig, subió el tono de su discurso con una durísima crítica contra la oposición, ante la certeza de que, como desde el pasado mes de febrero, el "cuerpo a cuerpo" parlamentario con los socialistas y Compromís va a centrarse en el caso Gürtel. Y ahora con mayor motivo, si cabe, después de aparecer nuevos datos sobre una posible financiación ilegal del PP. Camps subrayó que la oposición está llena de "marxistas" e, instalándose una vez más en el victimismo, llegó a asegurar, hasta en dos ocasiones, que "si pudieran, me gasearían".

Ya a micrófono abierto, el presidente de la Generalitat no mostró concesiones en sus ataques a la oposición. Les acusó de realizar una política "rastrera" y de estar "acomplejados" de ser ciudadanos de la Comunidad frente al "orgullo", dijo una vez más envolviéndose en la "senyera" al estilo de Jordi Pujol, del PP por ser valencianos. Sin periodistas, Camps fue mucho más allá. El jefe del Consell, ante los diputados del PP y parte de la cúpula popular alicantina, vino a decir, en una intervención que sorprendió a buena parte de los asistentes, que las filas del PSPV están llenas de "marxistas" y "relativistas" e, incluso, llegó a recordar el pasado del delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, como, enfatizó, "comunista". Delante de Camps comía el conseller Rafael Blasco, ex socialista.

El presidente de la Generalitat definió a Zapatero como un dirigente "radical, dogmático, fundamentalista y con un planteamiento de fondo marxista". Todo ello a pesar, apuntó ante el grupo parlamentario del PP, de sus "gestos suaves". Francisco Camps dijo haber sido consciente de que la victoria de los socialistas en los comicios generales de marzo de 2004 tras "el desgraciado accidente", la referencia con la que aludió al 11-M, sería negativa para los valencianos. "Sabía que iban a ir a por la Comunidad", aseveró para ilustrar su comentario con ejemplos como la supresión del trasvase del Ebro a la Comunidad, decretada por el Ejecutivo de Zapatero; o la "asfixia", citó de forma textual, de la financiación autonómica para poder garantizar la prestación de servicios con los fondos suficientes. En ese contexto, por ejemplo, Camps enmarcó la candidatura de Teresa Fernández de la Vega por Valencia, "lo peor que había para desestabilizar".

Ese ataque, a su juicio, de los socialistas contra los valencianos, el jefe del Consell lo acabó focalizando sobre su propia persona. "Me quieren eliminar", apuntó en clara referencia a los ataques que ha recibido durante los últimos meses a cuenta, de su implicación en la operación Gürtel. "Si pudieran, me gasearían", apuntó hasta en dos ocasiones el máximo responsable de la Generalitat para, a continuación, llamar a sus diputados a la resistencia ante ese escenario apocalíptico que dibujó. "Vosotros sóis los representantes de la esperanza y la libertad", dijo Camps para pedir a su grupo parlamentario un esfuerzo extra cuando faltan todavía veinte meses para unos comicios autonómicos en los que, vaticinó en base a una encuesta en poder de Ricardo Costa y que se presentará en los próximos días, la "mayor brecha" electoral de la historia entre populares y socialistas.