La llegada masiva de turistas en el día de ayer generó retenciones de hasta siete kilómetros en las carreteras alicantinas, especialmente en puntos de la costa y en el acceso a la provincia desde el centro peninsular. Además, el inicio del mes de agosto y su coincidencia con un sábado provocó que la actividad fuera muy intensa durante toda la jornada en estaciones de ferrocarril y autobuses, así como en el aeropuerto de El Altet. No obstante, y a pesar del lleno que registraron las playas, apenas se produjeron complicaciones de relevancia.

Las mayores congestiones en la provincia se localizaron en la A-31, la autovía que procede de Madrid. Por la mañana se alcanzaron siete kilómetros de retenciones a la altura de Monforte del Cid, en sentido a Alicante. Esto fue una muestra de la densidad de la circulación desde el centro de la península hacia la Comunidad, y que tuvo su mayor exponente en Riba-roja (Valencia), en el enlace entre la A-3 y la A-7. La primera autovía tuvo hasta 28 kilómetros de retención, mientras que en la segunda la cola fue de cuatro kilómetros en dirección a Alicante. En toda la Comunidad, la Dirección General de Tráfico (DGT) prevé que se produzcan unos 3.060.000 desplazamientos, sobre todo hacia las playas.

Las carreteras del litoral no llegaron a colapsarse, pero en puntos como la N-332 en Torrevieja las retenciones fueron continuas a lo largo del día. En la Vega Baja también hubo tráfico intenso en la N-340 y la AP-7. En esta vía, a la altura de Catral, un turismo se empotró contra la mediana, con el resultado de un herido leve, según la Policía Local.

En Benidorm, cientos de turistas con las pieles blancas desfilaron desde primeras horas de la mañana por las calles adyacentes a las playas de Levante, Poniente y Mal Pas. Los más rezagados tuvieron que armarse de paciencia y esperar en la carretera a que se disiparan los atascos, si bien la circulación, según la Policía Local, discurrió con normalidad. El nuevo sistema de rotondas para ordenar el tráfico y la ampliación de la avenida de la Comunidad Europea, el principal acceso a la ciudad desde la autopista AP-7, se mostraron eficaces.

En las playas ilicitanas, se notó mayor afluencia que otros años en Arenales del Sol, en contraste con lo que ocurrió en el Carabassí, donde apenas se percibió la llegada del mes de agosto. En cambio, la vecina Santa Pola sí registró un ligero incremento de bañistas en sus playas, y espera que aumente progresivamente durante los próximos días.

Por su parte, los hosteleros de la playa de San Juan, en Alicante, comprobaron cómo el número de clientes se mantenía respecto al mes pasado. No obstante, el balance de la jornada no fue negativo. "Julio ha sido más flojo que años anteriores. Las familias siguen viniendo, pero piden platos más económicos", señaló Francisco Javier Rodríguez, camarero de un restaurante. Mientras, los visitantes reconocieron que les gusta comer fuera, aunque estas ocasiones las guardan para días puntuales. Eso sí, quienes disponen de apartamento aprovechan para comer en él y "así nos ahorramos un dinerillo", según Juanjo Zaragoza, procedente de Albacete. Y en los chiringuitos, admitían que, aunque la cifra de clientes se mantiene, las consumiciones son más bajas.

Información elaborada por A. Teruel, V. Zaragoza, E. G. Brotons, J. A. Mas y V. Batllés.