El pregón anual de la Asociación de Belenistas de Alicante incidió esta vez en un valor que en ocasiones, por obvio, deja de tenerse en cuenta, como es el valor artístico de las escenas que representan el nacimiento de Jesús. La directora técnica del Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante (Mubag), Joserre Pérezgil, ensalzó la labor que realizan quienes dedican su tiempo y esfuerzo a la realización de belenes, por su maestría para la recreación de la escena del Niño, la Virgen y San José y, al mismo tiempo, la recreación de estampas cotidianas.

Pérezgil fue la encargada de realizar la 39 edición del pregón de la asociación, que, como es habitual, tuvo el Aula de Cultura de Caja Mediterráneo (CAM) como escenario. En el discurso, calificó a los belenistas como "verdaderos artistas", por su minuciosa preparación del tema que piensan mostrar en sus escenas y todos los estudios y bocetos que llevan a cabo antes de ponerse manos a la obra. Además, insistió en el tiempo que invierten en todo ello, sacrificando así otras actividades que podrían realizar mientras tanto. No obstante, para ellos, dijo, "no hay ni día ni hora" que no merezca ser dedicado a preservar viva la tradición de montar un nacimiento.

A su juicio, un belén es "una escena formidable, llena de humanismo, solidaridad y valores compartidos". Además, aseguró que estas "pequeñas obras de arte" son capaces de hacer "soñar de niños, y recordar de adultos". En su opinión, la fabricación de nacimientos en serie "ha roto el encanto" en parte, pero aún así se nota que "ha habido un modelo inicial" y se conservan intactos sus detalles característicos.

La directora del Mubag repasó algunos aspectos históricos del belén, y elogió por encima de otras la figura del escultor e imaginero murciano Francisco Salzillo. Su vida coincidió con el "máximo esplendor" de estas escenas, en el siglo XVIII, y dejó obras como el nacimiento realizado para el marqués de Riquelme, con más de 900 piezas. De ellas destacó aspectos como el modelado "preciosista" de sus figuras, dotadas de facciones "increíblemente realistas", y la reproducción del "universo popular" formado por pastores y nobleza. Además, hizo hincapié en aspectos como el "reflejo de costumbres y tradiciones" en su obra, y la incorporación de elementos populares de arquitectura, como la recreación de calles de la ciudad de Murcia.

Para Pérezgil, los belenistas de hoy en día "mantienen vivo" no sólo el arte de Salzillo, sino también "el espíritu de la Navidad". Se trata, dijo, de una "entrega desinteresada de trabajo, ilusiones e ideas", un "esfuerzo" que debe ser "agradecido".