La Confederación Hidrográfica del Júcar vertió al mar durante casi dos semanas a finales de septiembre alrededor de 3 hm3 -3.000 millones de litros de agua potable- desde el embalse del Amadorio (La Vila), una cantidad equivalente al consumo mensual de la comarca de la Marina Baixa, incluida Benidorm, y que acabó en el Mediterráneo pese a que se podía haberse bombeado hasta los depósitos de Rabasa en Alicante por la tubería Fenollar-Amadorio para aprovecharlo en l´Alacantí. El desembalse del pantano vilero se produjo, por primera vez en la historia, por razones de seguridad ante la necesidad de contar con una mayor capacidad de embalse en previsión de una avenida, pero ha revelado, además, la nula utilidad que la Confederación da a una infraestructura que se construyó, en principio, para resolver problemas de abastecimiento en Benidorm -el último envío de agua se produjo en 2001- pero que ante la situación estructural de sequía que sufre el sur de la provincia -los agricultores del Baix Vinalopó y la Vega Baja llevan tres años prácticamente sin recibir una gota de agua del trasvase Tajo-Segura- pudiera incluso representar una fuente extra de suministro de agua, máxime cuando el caudal del Amadorio acabó en el mar. El Amadorio tiene capacidad para almacenar casi 16 hm3 y en estos momentos está al 53%, con 8,4 hm3 tras el desembalse de hace dos semanas.

La conducción Fenollar-Amadorio se proyectó a finales de los noventa para poder abastecer a Benidorm con agua del Tajo-Segura en caso de una emergencias. Las obras fueron sufragadas por el Ministerio de Medio Ambiente pero la canalización apenas se ha utilizado dada la gran eficacia con la que el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa gestiona los recursos -40% superficiales y 60% de acuíferos algunos de los cuales sobreexplotados, de ahí su inclusión en el primer proyecto del trasvase Júcar-Vinalopó por el que iba a recibir 11,5 hm3 todos los años-.

La tubería Rabasa-Fenollar conecta las instalaciones de cola de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla en Rabasa con el depósito de Fenollar previo a la conducción Fenollar-Amadorio, mediante una impulsión de tubería sencilla para un caudal de 910 litros por segundo, una elevación de 65 metros y una longitud de casi 8 kilómetros. La obra garantiza el abastecimiento, con aguas superficiales procedentes del río Júcar desde el embalse de Alarcón a través del Acueducto Tajo-Segura y los Canales del Taibilla, a las poblaciones de las comarcas de l'Alacantí y Marina Baixa que también tiene graves problemas de sobreexplotación de acuíferos, ya que el 70% de sus recursos hídricos proceden de bolsas de agua subterránea. Esta comarca necesita del orden de 50 hm3 al año. El 24 de Marzo de 2000 se formalizó el convenio con el Consorcio para Abastecimientos de Agua y Saneamientos de la Marina Baixa para la regulación de la financiación de la construcción, mantenimiento y explotación de las obras de Elevación de Aguas de Rabasa a Fenollar. La inversión alcanzó los 8 millones de euros y se financió con cargo a Fondos Europeos un 74% y el resto con cargo a capital propio de Aguas del Júcar que lo repercute a los usuarios.