Al acto asistieron un centenar de personas, entre vecinos, familiares y amigos, que decidieron poner un fondo común para colocar una estatua del escultor Juan Rives en el lugar con el que más se le identifica: la palmera de cinco brazos.

Nisa siempre ha estado unida a la naturaleza. Cuando llegó al Complejo Vistahermosa contactó con acuarelistas. Como ella bien dice, la técnica de la acuarela es de las más difíciles pero la que muestra mejores resultados a la hora de pintar flores.

La llegada de esta artista a la ciudad hace 40 años revolucionó el Complejo. Recuerda que la zona era bonita, porque era nueva, pero conforme han pasado los años, el lugar ha ido adquiriendo color, sombra y frescura. No sólo ha sido obra suya, los niños también han tenido su protagonismo gracias a ella, que pidió a la profesora que le dejara a los pequeños para que la ayudaran en el jardín. Esa costumbre que nació entonces se ha ido transmitiendo con los años y los más pequeños del lugar han aprendido el cuidado de las plantas gracias a ella.

El calor de la gente

Ahora recibe por ello otro homenaje, pero como dice ella "lo más bonito era el calor que recibí de todos los que allí estaban", entre ellos los más pequeños, que no quisieron faltar al evento: "Fue impresionante la cantidad de jóvenes y niños que habían participado en esto", recuerda asombrada. Actualmente, Nisa vive con su familia en San Juan tras sufrir una enfermedad, pero recuerda el pasado con cariño: "He disfrutado mucho trabajando la tierra año tras año junto a los niños". Los vecinos no la olvidan y cuando aparece por Vistahermosa se acercan a saludarla y recuerdan viejos tiempos.