A

l límite de su capacidad. El Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent supera desde el pasado martes las cotas máximas de internamiento recomendadas. La juez de Vigilancia Penitenciaria de Alicante, Monserrat Navarro, advirtió ayer de que las instalaciones han alcanzado esta semana la cifra de 391 presos, sobrepasando en cerca de un centenar los parámetros de disponibilidad aconsejados para un adecuado funcionamiento.

Con estos números sobre la mesa, la titular del área de Vigilancia Penitenciaria explicó que, aunque el centro "todavía no ha entrado en niveles de hacinamiento" la situación actual constata que en el Psiquiátrico "no debería ingresar ni un preso más". La posición de Fontcalent, como punto de referencia para el internamiento de presos con este tipo de patologías psiquiátricas, dificulta las posibilidades de corregir los niveles de masificación. En la actualidad, al margen de Fontcalent sólo opera otro sanatorio en Sevilla "con menor capacidad". Una limitación de plazas, que ya se ha constatado esta semana, según expusieron fuentes sindicales, y que continúa sumando trabas, ya que una vez completo "los internos son trasladados, como en esta ocasión, a Alicante".

Las mismas fuentes subrayan que los problemas de saturación que se están registrando tienen su repercusión directa en los trabajadores. Una plantilla que ya es "exigua en circunstancias normales" y que ante estos repuntes de ingresos se ve desbordada, con promedios de funcionarios por preso "sin lugar a dudas por debajo de la media de cualquier prisión de España. Con el agravante de que en estas instalaciones se trata con internos con problemas mentales".

Los sindicatos inciden en que desde hace unas semanas las cifras de entradas en el centro han ido creciendo de manera constante, hasta alcanzar niveles que en departamentos como el de agudos han pasado de "una media de siete internos a cerca de una treintena" contando con un "único funcionario" para ocuparse de esta sección. Según explican, si la situación continúa tensándose no descartan tomar medidas, además de continuar reivindicando la creación de nuevas dependencias para este tipo de internos exigida desde hace años.

En similares condiciones de masificación continúa también la cárcel de Fontcalent que, como ya recogió este periódico la pasada semana, supera la cifra de los 1.200 internos. Un índice que triplica la capacidad con la que se construyeron las instalaciones y que no se alcanzaba desde hace quince años.