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a masificación en la prisión de Fontcalent es cada vez mayor y todos los sindicatos -ACAIP, CSIF, UGT, CC OO y USO- alertan de que el centro es actualmente "un polvorín a punto de estallar". Los sindicatos aseguran que esta semana se han alcanzado los 1.216 reclusos -1.203 según Instituciones Penitenciarias-, una cifra muy preocupante si se tiene cuenta que el centro penitenciario se construyó para 450 presos, por lo que ahora casi se triplica esa capacidad y la tasa de hacinamiento supera el 270 por cien, un índice que no se alcanzaba en Alicante desde hace quince años. El incremento de presos ha provocado también que haya cerca de 200 celdas ocupadas por tres internos, lo que supone que albergan a casi la mitad de la población reclusa. El número se ha duplicado en medio año, desde que el juzgado de Vigilancia Penitenciaria denunció la situación a Instituciones Penitenciarias porque había 89 celdas triples. El traslado extraordinario de internos a otras prisiones es la única medida que por ahora puede paliar el hacinamiento, aunque al ser la mayoría presos preventivos es más complicado proceder al cambio de centro, según explican los sindicatos penitenciarios.

No obstante, en los últimos días se están realizando pequeños traslados de internos a la prisión de Villena porque el ritmo de ingresos en Fontcalent ha sido muy elevado y en sólo tres días la prisión alicantina ha recibido 75 nuevos reclusos. La ocupación a última hora de la mañana de ayer era de 1.194 presos, sin contar los posibles ingresos procedentes de los juzgados de guardia de la provincia.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha autorizado ya una conducción especial la próxima semana. No obstante, el traslado probablemente será inferior al medio centenar de internos -alrededor de 35 presos-, por lo que el problema continuará si no se para la avalancha de ingresos.

El incremento del hacinamiento tiene al menos una lectura positiva, el que las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado están trabajando con eficacia en la provincia y sus actuaciones son las que provocan la avalancha de ingresos en la prisión de Fontcalent.

Las esperanzas de los responsables y de los trabajadores de Fontcalent se centran en la apertura de una cárcel en la provincia de Castellón, que ya debería esta inaugurada y que podría abrirse el próximo verano. Este centro serviría para descongestionar la prisión alicantina, aunque el problema de Fontcalent es que al ser un centro preferentemente de presos preventivos, los juzgados ponen más trabas a los traslados por la práctica de diligencias mientras se instruyen las causas abiertas a los reclusos.

Los mayores problemas de hacinamiento se producen en los módulos 1 y 3, donde casi la totalidad de celdas son triples. En el primero había 297 presos el pasado miércoles y el Módulo 3 tenía el mismo día 307 internos. Las celdas triples tienen menos de diez metros cuadrados, por lo que si se descuenta el espacio del lavabo y del inodoro es evidente que los internos están hacinados y las condiciones higiénico-sanitarias y de intimidad son pésimas. "En el siglo XXI no se pueden permitir celdas de tres; la sociedad va avanzando y tiene que cambiar para bien", manifiesta un portavoz sindical.

Los cinco sindicatos con representación en la prisión insisten en denunciar que la situación actual es "caótica y alarmante", aunque no disponen de datos para prever un posible motín debido al elevado hacinamiento. Los representantes sindicales exigen a Instituciones Penitenciaras el traslado masivo de internos para reducir esta masificación y reclaman que el centro se quede con "600 ó 700 internos".

Cuando se registró esta tasa de hacinamiento hace quince años, que incluso fue superior porque se rebasaron los 1.300 presos, Instituciones Penitenciarias realizó traslados extraordinarios y durante varios años se mantuvo la cifra de presos en torno a unos 800 internos.

Los sindicatos dicen que falta mucho personal

Los sindicatos de Fontcalent denuncian que el problema de la masificación lo soportan directamente los trabajadores y aseguran que el número de funcionarios que trabajan en la prisión alicantina es totalmente insuficiente para atender a 1.200 presos. La falta de personal afecta a todas las áreas del centro y los delegados sindicales indican que además se han incrementado los servicios que tienen que prestar, como la apertura del Centro de Inserción Social dentro del complejo penitenciario. La Relación de Puestos de Trabajo (RPT); de Fontcatent se hizo para un máximo de 500 presos, lo que demuestra que el personal es insuficiente, a pesar de que Instituciones Penitenciarias ha aumentado en ocasiones la cifra de trabajadores con funcionarios interinos. Ahora habrá unos 310 trabajadores para todos los servicios y el actual director ya reconoció cuando llegó al cargo hace años que al menos hacían falta 50 funcionarios más, recuerdan los sindicatos.

La avalancha de ingresos de esta semana provocó que faltaran colchones en algún módulo y que los funcionarios estuvieran recorriendo varios departamentos para conseguirlos. Según los sindicatos, el hacinamiento genera más tensión y protestas de los presos. Así, señalan que faltan bandejas de comida y "hay presos que tienen que esperar a que otros internos coman para fregar corriendo su bandeja y usarla de nuevo".