P roblemas de alcohol y drogas, dificultad para encontrar un empleo por la falta de estudios y un grave desarraigo familiar. Este es el perfil de buena parte del millar de personas que viven en la provincia sin un hogar, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE);. Alicante además concentra la mitad de las personas en exclusión social de toda la Comunidad Valenciana por la falta de inversiones del Consell, según denunció ayer la secretaria de Bienestar Social del PSPV-PSOE, Nuria Espí, y Alicante también se sitúa a la cabeza de España en el número de personas desfavorecidas.

Y aunque no lo parezca, el buen clima que reina en la provincia a lo largo del año juega un papel determinante. «Es más frecuente ver en Alicante a gente que vive en la calle que hacerlo en ciudades como Soria o León, por ejemplo. Aquí por las noches hace menos frío y se pueden resguardar mejor», confirman fuentes sanitarias.

Esas mismas fuentes han asegurado que el número de ciudadanos que carece de hogar ha experimentado sólo un ligero incremento en los últimos años, y a la vez han señalado que la mayoría de ellos sólo tiene una vía de escape para poder subsistir, la mendicidad. No obstante, han querido dejar claro que la cifra de pedigüeños en la provincia es «infinitamente mayor». «Hay muchas personas que obtienen ingresos del Estado por algún problema físico y que, sin embargo, salen a la calle para pedir dinero», advierten.

Otro dato preocupante aportado por esas fuentes es el incremento de enfermedades de las personas sin hogar. Su reinserción en la sociedad se complica sobre manera si se tiene en cuenta que «cada vez más suelen sufrir dos patologías». El caso más común, según apuntan, es el de la persona con una enfermedad mental y graves problemas de drogadicción.

Problemas añadidos En la ciudad de Alicante, por ejemplo, un simple recorrido nocturno por las calles permite comprobar cuál es «el techo» en el que se cobijan estas personas: los cajeros. Esta circunstancia ha motivado que muchos jóvenes desechen acceder a ellos «por miedo a sufrir un susto», según han señalado el director de una sucursal bancaria de la capital, y además ha provocado que a primera hora de la mañana «apenas se pueda entrar al banco debido al fuerte olor que desprende la sala del cajero». Todo ello supone «un problema añadido» para la entidad bancaria y los clientes. «Las Administraciones deben tomar cartas en el asunto y destinar más dinero para su integración», agrega este responsable bancario.

Sin contar Alicante, en el resto de España viven cerca de 21.000 personas sin hogar. El 90 por ciento son hombres y tienen una edad media de 38 años, según se desgrana de las estadísticas del INE.

En Alicante, por suerte, el Ayuntamiento cuenta con un centro de acogida para todo este tipo de ciudadanos con problemas de exclusión social. Está situado en la avenida Doctor Jiménez Díaz, en el barrio de San Blas, y les facilita alojamiento, comedor, ropero, lavandería, duchas, centro de día, intervenciones sanitarias y una red de viviendas semituteladas, entre otros aspectos.