La empresa que gestiona la depuradora de Alcoy, FACSA, está analizando las aguas residuales desde el pasado mes de abril. El objetivo es obtener datos que puedan servir en un futuro para detectar un posible rebrote de Covid-19. Según ha explicado este jueves el director general de la empresa, José Claramote, en las primeras semanas de poner en marcha el proyecto detectaron «material genético sin carga vírica que pueda contagiar».

El responsable de FACSA ha insistido en que este tipo de material se detecaba a la entrada del agua en la depuradora, pero no a la salida, por lo que su vertido al río o reutilización «es seguro».

Con toda la información que van recogiendo «queremos crear una herramienta informática que permita ver la tendencia y detectar un posible rebrote», ha destacado Claramonte. Se trata de un proyecto «innovador y en la línea de este Ayuntamiento de aprovechar las nuevas tecnologías para la detección y prevención del coronavirus», ha añadido el alcalde de la ciudad, Toni Francés, insistiendo también en que «si detectamos un incremento de presencia de este material en las aguas residuales podemos prevenir un aumento de contagios».