La solidaridad ha permitido a los propietarios del Safari Aitana, situado en el término municipal de Penàguila, en el interior de la provincia, alimentar a los animales durante el confinamiento. La falta de ingresos por el cierre de las instalaciones sumió a los propietarios en una complicada situación de la que han podido salir gracias a las donaciones de ayuntamientos, empresas y particulares, así como a la venta de entradas anticipadas.
Para mostrar su agradecimiento, la dirección del safari organizó ayer una jornada de puertas abiertas para todas aquellas personas que han estado comprando entradas hasta horas antes de su celebración. «Hemos recaudado más de 14.000 euros, que para que la gente se haga una idea, suponen el 50% de los gastos de un mes», explicó la propietaria, Montse Alcaraz. «Estamos muy agradecidos, porque esta ayuda ha sido muy importante para nosotros», insistió.
A primera hora de la mañana los trabajadores del centro se colocaron en fila a la entrada del Safari Aitana para dar la bienvenida y aplaudir a los primeros clientes como muestra de agradecimiento. Además, «hemos repartido bolsas del safari para que recuerden este día», detalló Alcaraz, para quien dicho acto resultó «muy emocionante».
Las instalaciones cuentan con más de un millón de metros cuadrados y el recorrido se realiza en coche. Por ello, para la dirección no ha resultado difícil incluir el distanciamiento entre personas en el protocolo de visita. Según indicó la propietaria, «cuando los clientes bajan de sus vehículos han de quedarse cerca de ellos, y el guía intenta distanciarse entre 8 y 10 metros para poder quitarse la mascarilla y que sus explicaciones se escuchen mejor».
Montse Alcaraz, además, recordó que el Safari se encuentra en plena naturaleza y entre dos poblaciones -Penàguila y Alcoleja- que no han registrado ningún positivo por Covid-19. Esto supone una tranquilidad a la hora de adaptarse a la «nueva normalidad» y para que «los clientes vengan sin miedo».
Durante el confinamiento, cuando el centro necesitó ayuda para alimentar a los animales, «nacieron tres cachorros de león que ahora hemos introducido en la manada», así como durante la desescalada ha nacido también Tibet, un cachorro de tigre que «estamos criando a biberón porque tuvo problemas al nacer», contó como curiosidad la propietaria de las instalaciones.
La jornada de ayer fue una muestra de agradecimiento a todas aquellas personas que han aportado su granito de arena para que el Safari Aitana vuelva a abrir sus puertas y para que durante este tiempo los animales hayan estado cuidados y alimentados en condiciones normales. Sin duda, una experiencia única para los más solidarios.
