¿Con qué objetivo surge el servicio de atención psicológica telefónico?

La situación que estamos viviendo es excepcional y nueva para todos. Por ello, la idea no es hacer terapia, sino proporcionar una ayuda puntual a quienes se sientan agobiados o solos por culpa del confinamiento.

¿Resulta difícil atender sin tener a la persona delante?

Yo personalmente me he enfrentado a situaciones muy complejas en mi profesión, pero esta desde luego es totalmente nueva. Hemos tenido que redefinir el tipo de atención, porque no les vemos la cara, no podemos observar sus gestos..., y es complicado, pero la gente se siente escuchada, que a veces es lo que buscan.

¿Cuál es el perfil de personas que utilizan este servicio?

Sobre todo están llamando personas mayores que conviven con su pareja, y ésta tiene problemas como Alzheimer u otro tipo de dependencias. Habitualmente es gente que va a centros de día y que ahora está 24 horas en casa, lo que provoca en el cuidador sensación de ahogo, ansiedad y soledad.

¿Qué necesitan? ¿Cómo les ayudan?

Buscan sobre todo desahogarse, que les escuchemos. Les ayudamos a reconocer lo que están sintiendo, así como también intentamos explorar, ir un poco más allá, porque pueden haber necesidades que no nos dicen. Es importante que detectemos si hay alguna necesidad concreta para actuar en consecuencia y buscar una solución.

Hablaba de ansiedad, ahogo y soledad..., ¿sólo las personas con familiares a su cargo tienen estos sentimientos? ¿Hay personas que se sienten así a pesar de tener apoyo?

El sentimiento de soledad durante el confinamiento nos está llamando mucho la atención. Hay personas, la mayoría mayores, que se sienten solas pese a tener apoyo familiar. El problema es que habitualmente los familiares los visitan a diario, y ahora, en estas circunstancias, o bien lo hacen con menos frecuencia por la situación en sí, o porque trabajan, pero esto provoca ese sentimiento de soledad y angustia. Además, en los momentos de crisis estos familiares no suelen estar, porque no pueden, entonces es cuando suelen acudir a nosotros.

¿Qué casos son realmente complicados de tratar en estos momentos?

Bueno, en el departamento de Servicios Sociales hacemos seguimientos de menores, de enfermos mentales..., que al final son personas que al verse encerradas se encuentran en una situación complicada de gestionar.

La crisis sanitaria está provocando que los familiares de las personas fallecidas no puedan despedirse, ¿cómo se gestiona eso?

En este servicio municipal todavía no se nos ha presentado esa situación, aunque imagino que se dará. El no poder resolver un duelo puede provocar en un futuro un problema. Y es que hay que tener en cuenta que es un proceso social en el que las personas necesitamos sentir apoyo, y eso no se está dando..., no se puede abrazar, ni besar, se llora en soledad...

¿Tienen algún caso de familiares de usuarios de residencias de mayores?

El Ayuntamiento ha puesto un servicio de atención psicológica específico para estos casos, pero sí atiendo a una persona mayor que tiene un familiar en una residencia y las dudas son tantas que está incluso más asustada por si fallece cómo resolverlo.

Los niños también están siendo los grandes afectados del confinamiento...

Es cierto que los niños están encerrados igual que todo el mundo y se habla poco de ellos. Pero también es verdad que los mayores estamos más ansiosos por esta situación y eso dificulta la comunicación entre adultos y menores. Hay muchos niños que pueden llegar a estar encantados de estar más tiempo con los papás si éstos tienen habilidades para que el confinamiento sea una experiencia positiva.

¿Cuál es el problema entonces?

El problema es cuando los padres no saben dar respuesta a las necesidades de los niños. Ahí viene el conflicto. En cualquier caso me preocupan más los papás que aún teniendo habilidades no disponen de recursos económicos, o éstos son muy limitados, como puede ser el acceso a internet, por ejemplo.

Cuando todo pase, ¿será necesario mantener el servicio? ¿la gente seguirá necesitando ayuda?

Yo creo que sí nos necesitarán, pero la situación que después pueda darse igual obliga a la gente a sobrevivir y a pensar menos en sí misma. En cualquier caso sería interesante mantener el servicio porque habrá situaciones que resolver antes de seguir.