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Análisis

Los partidos muestran sus cartas en Alcoy

El PSOE encuentra un socio en Podemos, mientras PP, Compromís y Guanyar pugnan por conseguir el liderazgo en la oposición

Si alguna virtud ha tenido el pleno de aprobación de los presupuestos municipales de Alcoy ha sido la de fijar las posiciones de cada una de las formaciones políticas que configuran la corporación municipal. Tras unos primeros meses podría decirse de tanteo, la sesión plenaria ha dejado en evidencia que el gobierno socialista ha encontrado en Podemos a su socio preferente, mientras que PP, Compromís y Guanyar se encuentran sumidos en una dura pugna por conseguir el liderazgo de la oposición, al menos en lo que respecta a la dureza del discurso.

Nada mas arrancar el actual mandato, con el PSOE de nuevo al frente del Ayuntamiento, se vio claramente que no lo iba a tener tan fácil como en el anterior, cuando el tiempo fue transcurriendo con inusitada placidez gracias a una oposición de bajo perfil, que apenas inquietó la labor del equipo de gobierno. También es cierto que los socialistas tuvieron la habilidad de encontrar aliados con los que sacar adelante sin problema alguno los presupuestos municipales, teniendo en cuenta su situación de minoría en la corporación, la cual continúa en la actualidad pese haber ganado votos y concejales.

Pero la situación, como queda dicho, cambió nada más arrancar esta legislatura, en la que pronto se vió que la oposición iba a tener un comportamiento más incisivo, que de alguna forma cogió «descolocados» a los componentes del ejecutivo.

Este hecho ya se puso de manifiesto en la sesión extraordinaria convocada para analizar la gestión de la borrasca Gloria, temporal éste en que se registraron derrumbes en seis edificios del casco antiguo y tres barrios se quedaron sin agua potable debido a filtraciones de tierra en la red. Ya en el debate se vio por parte de algunos partidos que habían encontrado un filón por el que meterle mano al gobierno municipal, con intervenciones de una agresividad que hacía mucho tiempo que no se registraban en el salón de plenos.

Pero esas sensaciones quedaron ya plenamente confirmadas durante el debate de los presupuestos, en que todo el mundo fijó su posición. De entrada, resulta una evidencia que los socialistas han encontrado un socio preferente en Podemos. Para concretar los motivos de este entente, hay que hacer referencia en primer lugar a factores externos, como es la presencia de la formación morada tanto en el gobierno del Botànic como en el del Estado, lo que los ha vuelto más proclives al acuerdo. A nivel estrictamente local, la agrupación liderada inicialmente por Naiara Davó y en la actualidad por Cristian Santiago, ha apostado por lo que ellos denominan una oposición constructiva, que ahora ha quedado plasmada en las cuentas municipales a través de compromisos por parte del gobierno municipal como la municipalización de servicios que están en manos privadas o actuaciones en materia de vivienda.

Por contra, también ha quedado en evidencia la apuesta de otras formaciones por liderar la oposición, al menos en lo que respecta a la dureza del discurso. Este es el caso del PP, por votos el principal partido, que con su nuevo portavoz, Quique Ruiz, ha redoblado la activividad crítica y de control al gobierno siendo consciente de lo mucho que se juega tanto él como la formación que lidera, tras el paulatino desmoronamiento vivido desde hace tres legislaturas.

El caso que más sorprende es el de Compromís, también integrante del gobierno autonómico, que sin embargo en Alcoy está llevando a cabo una oposición extremadamente dura tras haber sido en el anterior mandato un socio habitual de los socialistas. Algunos de los enfrentamientos más agrios han sido protagonizados por su portavoz Màrius Ivorra.

No le anda a la zaga Guanyar, que también con su nueva líder, Sandra Obiol, está sometiendo a un duro marcaje al PSOE, en una dinámica que se mantiene desde hace tres legislaturas, cuando el gobierno de coalición entre los socialistas y EU -que hoy respalda a la plataforma ciudadana- no acabó precisamente de la mejor manera posible.

Los únicos que se mueven en la misma onda son los de Ciudadanos, pese al cisma interno que se originó con la imposición desde las altas instancias de la cabeza de lista, Rosa García. La formación naranja sigue facilitando la tarea de gobierno, en este caso con la abstención. Por último, Vox, nuevo en la corporación, está comportándose conforme a lo esperado, desde el rincón de la derecha más radical.

Fijadas las posiciones, por tanto, sólo falta comprobar qué postura reporta mayores réditos y convece más a los ciudanos. La oposición de pactos de Podemos, o la de control y crítica de PP, Compromís y Guanyar. Y habrá que ver también el comportamiento que mantiene el gobierno municipal liderado por Toni Francés, sobre todo si quiere conservar al que es en estos momentos su principal apoyo. Bien harían los socialistas en cumplir con los compromisos adquiridos en los presupuestos municipales, si no quieren provocar en la formación morada la misma reacción que han tenido los que hoy son su principal azote, desencantados con la falta de ejecución de sus propuestas.

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