Alcoy cerró el fin de semana con un nuevo derrumbe en el casco antiguo. Parte de la vivienda, ubicada en la calle Algessares, número 73, se vino abajo a primera hora de la mañana de ayer sumando así otro desprendimiento, el séptimo en apenas diez días. Los bomberos acudieron a la zona para acordonar el perímetro y certificar la ausencia de heridos o víctimas, que no hubo. El Ayuntamiento procederá hoy a su completa demolición para evitar posibles accidentes.

La penosa situación de gran cantidad de viviendas ubicadas en el centro urbano de Alcoy se ha certificado en los últimos días. Esta problemática, con gran histórico a su espalda, ha repuntado tras el temporal debido al hundimiento de siete edificios como consecuencias del reciente episodio de nieve y lluvia.

La última se sumaba a la larga lista a primera hora de ayer, domingo. La parte de la vivienda más próxima al puente de Algessares cayó al suelo dejando en pie tres partes de la misma. De forma inmediata, bomberos y Policía Local acudieron al lugar para acordonar de inmediato la zona y comprobar la ausencia de ocupantes en la misma.

Tal y como indicaba el edil de Seguridad, Raül Llopis, «desde el Ayuntamiento se conocía la situación y estado de la vivienda, de hecho en el último pleno fue mencionada. Por parte del Consistorio ya se había hecho llegar a los propietarios los requerimientos específicos».

Reseñaba que, a través del proceso administrativo, «el Ayuntamiento pudo averiguar que la casa tenía cargas hipotecarias, ya que había sido utilizada como aval para otro proceso bancario». Además, en la parte baja, la casa posee un horno con enorme peso histórico y unas bóvedas de gran valor arquitectónico, elementos que se había instado a los dueños a que conservaran». El arquitecto municipal acudió al lugar de los hechos para valorar lo sucedido así como la actuación previa.

Es por ello que, como indicaba Llopis, «hoy mismo se procederá a la demolición completa del inmueble, actuación cuyo coste se reclamará a los propietarios». Esta semana, el Consell, a través del Instituto Valenciano de la Edificación (IVE), revisará en torno a 500 edificios del casco antiguo.