Hace apenas dos meses que ostenta el cargo de jueza de paz en el municipio de Castalla. A sus 30 años de edad, Enma Mataix Gisbert combina su trabajo como psicóloga y propietaria de un centro de desarrollo familiar y guardería, con este servicio de mediación que poseen todos los municipios que no tienen juzgado de instrucción. Los problemas vecinales y las propiedades de terreno son los conflictos más reincidentes, en su mayoría de difícil solución a la hora de llevar a cabo el acto de conciliación. Su figura es mayoritariamente desconocida en el municipio, hecho que hace que los vecinos no aprovechen sus servicios y acudan demasiado tarde, en cantidad de ocasiones cuando los problemas ya no tienen solución debido al elevado malestar de ambas partes.

¿Cree que la gente conoce la figura y las funciones de un juez de paz?

Para nada, veo que la función se desconoce y es por ello que no se aprovecha. En mi caso personal ni siquiera mi familia ni amigos cuando dije que me presentaba a la plaza sabía cuáles iban a ser mis funciones si conseguía el cargo. Que la gente desconozca mi papel hace que no sepa cuándo debe acudir y en definitiva, que no se aproveche el servicio como se merece. Me reitero, no se sabe la labor que realizamos verdaderamente.

Explique, pues, las funciones que desempeña como jueza de paz de Castalla.

La principal misión y la que debe conocer el ciudadano es mi papel como mediadora. Cuando dos personas tienen un problema y una de las partes acude a mi, yo me encargo de ponerme en contacto con la otra parte afectada e intentar citarla para mediar en el conflicto y celebrar el acto de conciliación. Proceso en el que se intenta poner de acuerdo a las dos partes. Además también firmamos nacimientos y defunciones, hecho que tampoco se tiene claro.

¿Tienen efecto estas mediaciones o conciliaciones?

La mayoría de las veces no, insisto que la gente al desconocer mi papel acude a mi demasiado tarde cuando el problema ya es una verdadera montaña indestructible. En estos casos la mayoría de las personas que acuden quieren tener el acto de conciliación como prueba para pasar el asunto al juzgado de instrucción tras la imposición de una denuncia. En definitiva, sirve para reflejar que una de las partes ha querido ir a buenas y solucionar el problema pero la otra no ha querido.

¿Cuáles son los problemas más comunes con los que acude la gente?

Sin duda los problemas entre vecinos y las disputas por lindes de terreno. Quejas por ruidos, malos hábitos o rutinas, etc; son las cosas que me he encontrado hasta el momento. Es cierto que llevo muy poco tiempo y solo he mediado en tres casos pero por lo que me cuentan los compañeros estos son los denominadores comunes en todos los municipios.

¿Algún caso que conozca especialmente por considerarse anecdótico?

Mi corta andadura hace que yo aún no lo haya encontrado pero conozco a un compañero que tuvo que mediar entre dos vecinos por la queja del canto de un gallo que poseía uno de ellos, algo como se puede comprobar bastante difícil de resolver.

A la hora de solucionar los problemas, ¿se apoyan en otros agentes o administraciones?

Hay que destacar que cuando necesitamos datos, sobre todo en el caso de problemas de terreno, se hacen consultas al Ayuntamiento, registro de la propiedad y en muchas ocasiones a la Policía o Guardia Civil.

¿El hecho de ser mujer cree que puede afectar al cargo o a la visión que la ciudadanía tiene de él?

Particularmente pienso que no, es cierto que siempre se ha asociado el cargo con "el hombre bueno del pueblo" y no la mujer, pero creo que ha sido cuestión de que en el caso de Castalla el cargo ha estado representado por un hombre mucho tiempo. Lo que sí que creo es que el hecho de ser mujer hace que apelemos mucho más a las emociones, pero en materia de discriminación o inferioridad creo que no.

¿Qué recomendación haría a quienes tienen un problema digno del juez de paz?

Que no esperen a que el problema se haga grande que cuando surja acudan a la jueza de paz.