Dos fontaneros de 59 y 38 años murieron en la tarde de ayer mientras trabajaban en la reparación de un colector de aguas residuales de la urbanización Castalla Internacional, en el término de Castalla. Ambos operarios perecieron al inhalar gases tóxicos en el interior de la fosa séptica, perteneciente al alcantarillado público, mientras que un tercero pudo recuperarse tras quedar también inconsciente en un primer momento. La Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar las causas del trágico suceso.

Los hechos, según la información facilitada, se registraron alrededor de las cinco de la tarde de ayer. Fue en la urbanización Castalla Internacional, situada a unos tres kilómetros del casco urbano. Cuatro operarios pertenecientes a la fontanería local Pallisa acudieron al colector del alcantarillado de esta zona residencial, donde confluyen varias canalizaciones, con el objetivo de reparar una bomba.

De acuerdo con las fuentes consultadas, uno de ellos se introdujo en la fosa séptica, de unos tres metros de profundidad, perdiendo a continuación la consciencia, lo que provocó que otro se introdujera en el mismo habitáculo, corriendo la misma suerte. Un tercer operario también llegó a intentar auxiliar a sus compañeros con la ayuda de unos arneses, aunque no llegó a bajar hasta al fondo al sentirse también indispuesto y llegar a quedarse igualmente inconsciente.

Mientras que este último operario pudo recuperarse, no sucedió lo mismo con los otros dos. Efectivos de la Guardia Civil y la Policía Local, que fueron los primeros en llegar al lugar de los hechos, sacaron del interior del colector a uno de ellos ya fallecido, mientras que los bomberos hicieron lo propio con el segundo, que también había perdido la vida.

Hasta la urbanización se desplazó una ambulancia del SAMU, informándose después desde el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de que ambas muertes fueron provocadas por inhalación de gases.

De hecho, los bomberos realizaron un análisis de la calidad del aire en el interior de la fosa, constatando que presentaba valores incompatibles con la vida.

Pese a que los operarios fallecidos trabajaban para una empresa de Castalla, ninguno de los dos eran de este municipio. Las fuentes consultadas no facilitaron su lugar de residencia.

Los agentes de la Guardia Civil desplazados al lugar de los hechos iniciaron sobre el terreno la investigación que deberá aclarar lo sucedido, antes de que el juez de guardia ordenara el levantamiento de los cadáveres.

También acudieron el alcalde, Antonio Bernabeu, y la primera teniente de alcalde, Maite Gimeno, quienes no quisieron realizar declaraciones por respeto a las investigaciones y a los fallecidos, y a la espera de tener más datos acerca de lo ocurrido.