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Análisis

La oposición resucita en Alcoy

Los rivales del PSOE se activan empujados por sus malos resultados electorales y la poca productividad del gobierno local en estos primeros meses

Imagen de un pleno municipal con los miembros del gobierno en primer plano y los grupos de la oposición al fondo. Juani Ruz

Aquellos tiempos de bonanza y tranquilidad a los que se había acostumbrado el gobierno municipal socialista de Alcoy en los últimos años, en los que la oposición prácticamente había brillado por su ausencia, parece que han tocado a su fin. Los primeros meses del nuevo mandato han traído consigo un cambio de actitud en algunos grupos políticos, empeñados ahora sí en realizar un férreo marcaje a un ejecutivo que asiste con cierta perplejidad a un panorama hasta ahora desconocido. Cierto es también que otros partidos continúan instalados en un perfil bajo, por no decir inexistente, en un panorama abierto tras las últimas elecciones generales que habrá que ver si tiene algún tipo de influencia en el comportamiento de los integrantes de la corporación alcoyana. El proceso para la aprobación de los próximos presupuestos municipales puede arrojar algunas pistas a este respecto.

La placidez había sido la nota predominante en los primeros dos mandatos de Toni Francés al frente del Ayuntamiento de Alcoy. Pese a gobernar en minoría y tener enfrente a una mastodóntica oposición, lo cierto es que los socialistas habían navegado durante estos años por aguas tranquilas y sin prácticamente ningún sobresalto, entre otras cuestiones debido a la inacción de unos grupos políticos que no supieron, pudieron o, simplemente, ni lo intentaron, poner en algún tipo de compromiso al ejecutivo. El resultado ya es de todos conocido: el PSOE mejoró sus prestaciones y se quedó en los últimos comicios municipales a un sólo concejal de la mayoría absoluta, mientras que el resto de formaciones, sin excepción, recibían un duro castigo por parte de los ciudadanos en las urnas.

Pues bien, estos resultados parece que ha activado las antenas de algunos partidos, que han decidido con el nuevo mandato pasar a la acción y ejercer una oposición más contundente y molesta para el gobierno local. El abanderado de este cambio de actitud, sin lugar a dudas, es el portavoz del PP, principal partido de la oposición pese a contar únicamente con cuatro ediles. Instigado en parte por los decepcionantes resultados obtenidos, y consciente de que se juega su futuro al frente del partido, Quique Ruiz ha irrumpido como un elefante en una cacharrería imponiendo un férreo marcaje al ejecutivo socialista y rompiendo la paz a la que se habían acostumbrado las paredes de la Casa Consistorial. La actividad del líder popular está siendo frenética, lo que en alguna ocasión le ha jugado malas pasadas al denunciar asuntos que después le han sido rebatidos.

En este panorama también habría que incluir a la nueva portavoz de Guanyar, Sandra Obiol, que ya en plena campaña de las municipales se reveló como una de las políticas más activas y críticas con los socialistas, actitud que está manteniendo en estos primeros meses de mandato ejerciendo como el azote del gobierno desde la izquierda.

Compromís, siempre condicionado por su presencia en el gobierno del Botànic, ha ejercido una acción opositora tibia que parece haberse recrudecido en los últimos tiempos, quizá azuzado por el ritmo impuesto por el PP y Guanyar.

El resto de formaciones, en cambio, continúan manteniendo un perfil bajo. Podemos, que esta legislatura también se encuentra en el ejecutivo autonómico, está prácticamente desaparecido, a lo que puede haber contribuido la marcha a las Cortes de la que había sido su candidata, Naiara Davó.

Ciudadanos sigue inmerso en la crisis con la que ya concurrió a los comicios, cuando la imposición de Rosa García al frente de la lista provocó un auténtico cisma. Transcurrido todo este tiempo, la formación naranja continúa lamiéndose las heridas, y más después del batacazo registrado a nivel nacional. Vox, por último, tiene una presencia testimonial, aislado por el resto de partidos y por su nula actividad en la corporación.

Sea como fuere, el cambio de actitud de varios de los partidos de la oposición parece que ha cogido descolocados a los miembros del gobierno municipal, totalmente desacostumbrados a recibir críticas de una cierta contundencia. La discreta productividad de los primeros meses del mandato en lo que respecta a la ejecución de proyectos y el impulso de iniciativas novedosas han facilitado la labor opositora, algo que está en su mano reconducir convirtiendo en realidad sus propuestas estrella, que por cierto llevan mucho tiempo en la agenda, como es el caso del parque tecnológico de Rodes.

Habrá que ver, con todo, si este nuevo panorama que se ha instalado en el contexto político alcoyano se mantiene a lo largo de los cuatro años o si registra variaciones, posiblemente forzadas por los resultados de las últimas elecciones generales. De entrada, el hecho de que el PSOE haya ganado los comicios a nivel nacional, siempre que consiga conformar gobierno, garantiza unas buenas relaciones con el ejecutivo local y una mayor facilidad a la hora de conseguir ayudas y financiación. El cambio se sitúa en la política de alianzas de Pedro Sánchez, que en esta ocasión se dirige hacia Podemos con el principio de acuerdo firmado por ambas partes.

Este entente entre socialistas y morados podría propiciar un acercamiento a nivel local entre las dos formaciones, e incluso con el hasta ahora irreconciliable Guanyar, teniendo en cuenta que muchos de los votantes de esta plataforma ciudadana a nivel local lo son de Podemos en las generales.

De momento son especulaciones, que podrían reforzarse con la llegada de directrices desde los altos órganos de las distintas formaciones.

La prueba del algodón, en cualquier caso, no tardará en llegar, puesto que el proceso que está a punto de iniciarse para la aprobación de los presupuestos municipales puede arrojar muchas pistas en este sentido. Habrá que ver qué socios preferentes eligen los socialistas para sacar sus cuentas adelante, en un panorama, hay que insistir, mucho más belicoso de lo que hasta ahora los políticos de esta ciudad nos habían acostumbrado.

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