n La inmensa mayoría de las farmacias rurales están atendidas de manera exclusiva por su titular, lo que plantea contratiempos como la dificultad para tomarse unas vacaciones: al no haber nadie que sustituya al boticario, la mayor parte de las veces no queda más remedio que tener la oficina cerrada si se quiere descansar, con la consiguiente pérdida de ingresos. Pero más grave aún es cuando la persona que está al frente de una farmacia se pone enferma o tiene que tomar la baja, porque entonces no suele haber más salida que cerrar hasta que se está de nuevo en condiciones de trabajar; la escasez económica hace inviable la búsqueda y contratación de una persona sustituta.

La vocal de Farmacia Rural del Colegio de Farmacéuticos de Alicante y titular de la botica de Penàguila explica una situación personal que ilustra muy bien esta situación: cuando fue madre no pudo tomarse la baja prevista, sino que se reincorporó al trabajo apenas un par de días después de dar a luz, y sus padres tuvieron que trasladarse desde València al pueblo para atender a su hijo mientras ella estaba en la farmacia. Tampoco ha podido estar de baja más que unos pocos días en ocasiones puntuales en las que ha tenido complicaciones médicas. Por ello, Ana Julia Quesada apela a que se encuentre alguna vía para compensar los posibles parones por bajas, quizá con la creación de alguna figura profesional con estatus propio de farmacéutico rural, que prevea esas situaciones.

Esa figura también sería adecuada, añade Quesada, para el caso de las guardias, otra cuestión en la que los farmacéuticos rurales están en desventaja en relación a los de los núcleos más grandes. En la zona de El Comtat y l'Alcoià cada día tiene guardia la botica de un pueblo, de manera conjunta con otra de Cocentaina. Esa jornada después no puede cubrirse con un día de descanso, como suele ocurrir en el entorno urbano. Por ello, los profesionales aspiran también a conseguir algún tipo de compensación.

En este sentido, Quesada recuerda que por parte del Colegio de Farmacéuticos ya se ha pedido que todas las oficinas situadas en una misma área de salud y en un entorno cercano entren en un turno rotatorio que les permita tener vacaciones. Al respecto, la presidenta, Fe Ballestero, añade que «llevamos tiempo negociando la racionalización de las guardias», y confía en que pueda haber una regulación a corto o medio plazo.