La Policía Nacional detuvo ayer en Muro por blanqueo y otros delitos al empresario marroquí nacionalizado español Nourdine Ch., procesado desde 2017 por la Audiencia Nacional como uno de los siete presuntos integrantes de una célula yihadista desarticulada en febrero de 2016 en las provincias de Alicante, Valencia y Ceuta. Además del empresario, la Policía detuvo en la Comisaría de Alcoy a la mujer de Nourdine y a un administrador concursal, los cuales fueron citados en dichas dependencias policiales y tras declarar asistidos por sus abogados quedaron en libertad con cargos, según fuentes cercanas al caso.

Nourdine Ch., propietario de una empresa de Cocentaina que se dedica al reciclaje y redistribución de ropa usada, fue procesado por el juez Eloy Velasco como integrante de una célula yihadista que enviaba armas, componentes de explosivos, material militar y dinero a organizaciones terroristas de Irak y Siria, como Jahbat al Nusra y Daesh. Todo ello iba oculto en contenedores de ropa usada, de ahí que el arrestado ayer por segunda vez estuviera considerado como el principal cooperador del cabecilla de la célula, Ammar Termanini, apresado en Crevillent hace tres años. El grupo logró cuantiosos ingresos en efectivo de hasta diez millones de euros en un plazo de tres años, según se recogía en el auto de procesamiento de la Audiencia Nacional.

Las pesquisas policiales continuaron tras los arrestos y la aparición de nuevas pruebas que implican presuntamente al empresario de Muro en delitos económicos motivaron que fuera arrestado de nuevo por la Policía Nacional. La detención de Nourdine se llevó a cabo ayer por la mañana junto a su domicilio en la localidad de Muro. Según fuentes vecinales, agentes de paisano estuvieron en el lugar aproximadamente durante una hora y luego se llevaron el empresario detenido en un vehículo camuflado.

Las fuentes vecinales indicaron asimismo que dejaron de ver en el barrio a la mujer del empresario desde que su marido fue detenido en febrero de 2016. Tras la detención de Nourdine Ch., la esposa y un administrador concursal comparecieron a lo largo de la jornada en la Comisaría de Alcoy, donde prestaron declaración en calidad de detenidos y fueron puestos en libertad.

Por el contrario, el empresario fue trasladado de Alcoy a Madrid con el fin de instruir allí las diligencias y ponerlo a disposición de la Audiencia Nacional. Al arrestado le han acusado ahora de delito fiscal, blanqueo, malversación, falsificación documental y alzamiento de bienes.

Tráfico de obras de arte

Estos delitos se suman a los que figuran en el auto de procesamiento que dictó el magistrado Eloy Velasco en febrero de 2017: integración en organización terrorista, blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas, falsedad en documentos mercantiles y delito contra los bienes culturales protegidos en caso de conflicto armado. Este último tipo penal es la primera vez que se aplica con relación al yihadismo en España al considerar el juez que una de las vías de financiación del terrorismo utilizada por los procesados fue la de traficar con obras de arte, monedas antiguas y piezas arqueológicas «probablemente extraídas» de los museos y yacimientos conquistados por Daesh y Jabhat al Nusra en los países de Siria e Irak.

El auto de procesamiento recogía que el presunto cabecilla arrestado en Crevillent, Ammar Termanini, creó un complejo empresarial estable en España para facilitar la entrada de mercancías a Siria, camuflándolas como supuesta venta de ropa usada y ocultando material militar, dinero, equipos electrónicos y de transmisiones y posiblemente componentes de explosivos y armas de fuego. Este entramado le permitía el envío de este tipo de material desde puertos españoles en contenedores cerrados sin levantar sospechas.

La Policía averiguó que la organización Daesh encargó a este grupo 10 toneladas de uniformes y ropa militar destinados a Siria, para lo cual Termanini y sus colaboradores trabajaron en la búsqueda de prendas militares. En las naves de los procesados se incautaron miles de uniformes prensados y embalados preparados para el envío a Siria, así como «20.000 uniformes militares en el interior de un contenedor marítimo en el Puerto de Valencia», perteneciente al arrestado ayer en Muro. Entre el material incautado también había trajes de resistencia a la guerra química-bacteriológica (NRBQ).