Alfonso Caerols Peidro va a romper barreras en los Moros y Cristianos de Alcoy. La Filà Mudéjares lo ha elegido para ostentar el cargo de alférez (el más importante junto al de capitán y Sant Jordiet), por lo que se convertirá en el primer discapacitado intelectual en llegar tan alto en el escalafón festero. Todo un hito que será posible gracias al apoyo de la formación mora a la que pertenece desde que era niño, así como a la Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual (Aspromin) que gestiona el centro ocupacional de Gormaget en el que trabaja todos los días y la residencia en la que vive.
Alfonso, como queda dicho, cuenta con una discapacidad que le merma la psicomotricidad y la capacidad de expresión. Sin embargo, eso no será ningún inconveniente para que pueda llevar adelante lo que es el sueño de su vida. «Soy festero desde que era muy pequeño y me encantan todos los actos. He participado en la Diana, en la procesión, en prácticamente todo, así que cuando en la filà me propusieron la posibilidad de ser alférez no me lo pensé dos veces», asegura.
Juanjo Valls, integrante de los Mudéjares y trabajador de Gormaget, señala que desde un principio la filà se volcó por completo, aunque primero se tenían que resolver los flecos legales. Alfonso perdió a sus padres de pequeño, con lo que la ostentación del cargo de alférez tenía que ser autorizada por sus tutores, que no pusieron ningún tipo de pega, así como por la autoridad judicial, que finalmente también ha dado luz verde a la iniciativa. «Ha sido una larga espera y de muchos nervios, pero al final todo ha salido bien y Alfonso va a poder ver convertido su sueño en realidad», destaca Valls.
«Será una experiencia inolvidable -añade el protagonista-, porque es algo que no he vivido nunca. No sé que me hace más ilusión, aunque supongo que la Entrada Mora será una cosa muy bonita».
El futuro alférez reside en Gormaget, y acude al centro ocupacional situado en el mismo complejo, donde realiza tareas laborales junto a sus compañeros. El director de la residencia, Fernando Cordero, señala que «aquí lo apoyamos en todo lo que necesita, como es el caso de la cocina o la lavandería, pero él lleva una vida bastante independiente, recoge su dinero, se saca sus cuentas, va en taxi a la ciudad...».
En Aspromin, además, confiesan sentirse encantados. «Esto es fantástico de cabo a rabo, porque dará visibilidad a mucha gente con discapacidad y se cambiará la percepción que se tiene. Hablamos nada menos que de unas fiestas de interés turístico internacional», subraya.
Con todo, desde la asociación quieren llevar el asunto con normalidad. La directora del centro ocupacional, Concha Gandía, señala que «Alfonso cumple con todas las condiciones que se exigen para ser alférez, y nosotros lo único que le hemos dado es todo nuestro apoyo cuando nos expuso su plan. No hay que sacarlo de contexto. Se trata, en definitiva, de un festero que tiene ilusión por ostentar este cargo y como tal hay que verlo».
