Sin personal suficiente. Los Puntos de Atención Continuada, que atienden las urgencias extrahospitalarias, de la mayoría de localidades pequeñas de la provincia tan solo disponen de un médico y un enfermero durante su horario de urgencias, es decir desde las 15 horas los días laborables y 24 horas los domingos y festivos. Así lo denuncia el Sindicato Médico de la provincia de Alicante. La situación afecta a las urgencias de localidades como Monforte del Cid, Agost, Pinoso, Sax o Biar. También a los servicios de urgencias de las poblaciones de la montaña como Onil, Castalla, Benilloba, Muro y Banyeres.

El Sindicato Médico critica que la falta de profesionales de recepción y de apoyo que padecen estos centros «tiene consecuencias que afectan negativamente en el servicio prestado al usuario y en las condiciones laborales y de seguridad de los facultativos que realizan guardias en estos centros», explica Víctor Pedrera, secretario provincial del Sindicato Médico.

En primer lugar, el hecho de no disponer de un profesional responsable de la vigilancia y mantenimiento del centro provoca que cuando el médico o enfermero acude a un aviso domiciliario debe cerrar el centro, ya que no hay personal que lo vigile durante el tiempo que los sanitarios están ausentes.

Con relativa frecuencia se da el caso, sostiene Pedrera, que el médico se ha visto obligado a pedir a los pacientes que abandonen el centro para poder cerrarlo mientras está fuera, instándoles a que vuelvan cuando el médico haya terminado la atención urgente. «Incluso se han dado casos de acudir con una emergencia al centro cuando en ese momento estaba cerrado y vacío por la salida del médico y enfermero, sin la posibilidad ni siquiera de entrar». El hecho de no disponer de una plantilla completa obliga también a los médicos que trabajan en estos dispositivos a desempeñar funciones no propias de su categoría profesional, tales como la custodia del centro, la recepción de llamadas, transporte de pacientes con déficit de movilidad, mantenimiento y limpieza de la consulta, etcétera. «En muchas ocasiones es el propio médico quien debe pasar la fregona después de que un paciente haya vomitado o haya manchado la camilla de sangre».

La falta de seguridad es otra de las constantes y de los problemas más graves que padecen los profesionales que trabajan en estos dispositivos. «A nadie se le escapa que los las urgencias son puntos calientes en cuanto a conflictividad», afirma el responsable del Sindicato Médico. La falta de seguridad, el horario nocturno, el requerimiento de atención en domicilio sin ningún apoyo, la atención en situaciones conflictivas, como peleas y agresiones, intoxicaciones etílicas... son caldo de cultivo para el aumento de agresiones al personal que presta servicios en estos puntos de urgencias. «De sobra son conocidos los innumerables casos de agresiones a personal sanitario que ocurren en estas circunstancias de desprotección».

Para Pedrera, «un sistema sanitario universal y que presume de calidad como es la sanidad española, aun dispone de servicios de atención al usuario tercermundistas, más propios de la primera mitad del siglo pasado». Para el responsable del Sindicato Médico, «la imagen tercermundista que se ofrece al usuario, por muy rural que sea el centro, no es la más adecuada».