La primera jornada de las Fiestas de la Vaca de Castalla registró ayer una gran participación. Este año el Ayuntamiento ha ampliado el recorrido a las calles con edificios más altos y un mayor número de balcones para incrementar la asistencia de público.

Castalla dio el pistoletazo de salida a los festejos en honor a San Roque con un «chupinazo» desde el balcón del Ayuntamiento el miércoles por la noche. La población incorporaba así un nuevo acto a una popular tradición protagonizada hasta este año por carreras y suelta de vacas.

Entre las novedades de esta edición, asimismo, destaca la organización del primer encierro de toros, el cual tendrá lugar el próximo domingo 18 de agosto a partir de las nueve de la mañana. Todo un espectáculo que servirá de colofón final y con el que el Ayuntamiento pretende atraer a más visitantes.

Pero hasta entonces, la localidad está celebrando desde ayer las tradicionales sesiones de suelta de vacas por la tarde y por la noche, y el encierro de vacas matutino que se introdujo en 2016.

La concejal de Fiestas, Noelia Álvarez, ha explicado que «en las últimas ediciones se ha venido trabajando para potenciar esta celebración», dado que «se ha convertido en un importante reclamo turístico para la población, con un impacto económico muy positivo para los hosteleros y comercios».

Los festejos incluyen actividades taurinas, lúdico y religiosas, entre las que destaca los encierros con «carretones» para el público infantil o el tobogán acuático urbano de 70 metros de longitud que se instalará el domingo en la calle Bovians.

El Ayuntamiento también ha modificado el recorrido de los encierros, ampliándolo a las calles con edificios más altos y más balcones para acoger más público.

Hasta el momento los actos se están desarrollando sin incidentes destacados, tal y como ha confirmado este diario.