El sector de la cereza en la provincia de Alicante ha perdido 6 millones de euros como consecuencia de la reducción de la cosecha, que se ha quedado en el 50%. Las oscilaciones en las temperaturas y las lluvias registradas en el inicio de la recolección han propiciado este descenso, justo en una campaña en que se han pagado buenos precios. La menor producción, además, ha impedido alcanzar los 4.000 empleos previstos inicialmente.
Todo apuntaba a que este sería un buen año para el sector de la cereza. La floración se había desarrollado de forma espléndida y las perspectivas apuntaban alto en lo que respecta a la producción. Sin embargo, las previsiones iniciales han ido torciéndose a medida que avanzaba la campaña, hasta quedar reducida la cosecha a dos millones de kilos, justo la mitad del potencial de la zona productora.
El presidente de la Denominación de Origen Cerezas Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, explica que «la floración fue fantástica, eclosionó con fuerza, pero después llegaron los fríos y eso no le sentó nada bien al cultivo. La campaña también arrancó con lluvias, que si bien por un lado fueron beneficiosas para los árboles y el calibre de la fruta, dañó las cerezas que en ese momento ya estaban a punto de la recolección».
Las olas de calor, curiosamente, no afectaron al cultivo, porque a pesar de que las temperaturas fueron muy elevadas, no llegaron al punto crítico.
La conjunción de todos estos factores ha propiciado este descenso en la cosecha, en un año en el que además los precios se han movido en niveles elevados. Según Calabuig, «en toda España, sobre todo en la zona de Aragón, la producción ha bajado, y eso ha traído consigo un incremento del 30% en la cotización de la fruta».
Esta circunstancia, por un lado, palia en parte la menor cosecha obtenida, pero al mismo tiempo no se han podido obtener unos beneficios que hubiesen alcanzado niveles elevados de haber contado con una mayor producción. De hecho, son alrededor de 6 millones de euros los que se han dejado de ingresar.
Otro de los aspectos negativos que ha traído consigo el descenso de la cosecha es que no se han podido alcanzar los 4.000 empleos que estaban previstos al inicio de la campaña, toda vez que el trabajo, lógicamente, ha sido menor tanto en los campos como en los almacenes.
Hay que destacar que el cultivo de la cereza está ubicado principalmente en las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Marina Alta, donde abundan las parcelas pequeñas condicionadas por la abrupta orografía, y en la zona del Vinalopó, con explotaciones más extensivas.
El sector dedica el 50% de la fruta recolectada a los mercados europeos
Países como Italia, Francia, Inglaterra, Holanda o Alemania se han convertido en destinos habituales
Los productores de la Denominación de Origen Cerezas Montaña de Alicante han dedicado esta campaña la mitad de la producción a las exportaciones. El principal destino son los mercados europeos, y concretamente países como Italia, Francia, Holanda o Alemania, entre otros.
El presidente de la denominación, Hilario Calabuig, señala que este año «ha funcionado muy bien el mercado mediterráneo, sobre todo Italia, donde hemos mantenido importantes relaciones comerciales».
También, aunque en menor medida, se han enviado cerezas a Francia, Inglaterra, Alemania u Holanda, además de a otros países centroeuropeos. Las exportaciones hacia el continente americano son de momento testimoniales, entre otras cuestiones por las dificultades para conservar la fruta de forma adecuada durante el viaje.
Calabuig asegura que las cerezas alicantinas están muy valoradas tanto en el mercado nacional como en el internacional «por su elevada calidad», lo que les permite competir con garantías de éxito. El sector, asimismo, se está teniendo que amoldar a los nuevos canales comerciales, sobre todo por parte de los supermercados, que compran de forma directa.
