Las parcelas más tardías de Cerezas de la Montaña de Alicante finalizan esta semana su recolecta y los productores señalan que se registrará una merma considerable al situarse el potencial de producción en torno al 50%, según han informado los agricultores a Europa Press.

Este descenso se debe principalmente a las lluvias que se registraron a principios del mes de abril, justo a comienzos de esta campaña, que afectaron a las variedades más tempranas, según las fuentes consultadas.

Por otro lado, las precipitaciones permitieron que la cereza lograra un mayor calibre, pero aún así las cantidad total de cosecha no superará previsiblemente los dos millones de kilos.

Los precios en campo esta campaña han sido favorables para el conjunto de productores, ya que según apuntan ha habido una ligera mejoría. Este fruto, que requiere de un gran cuidado y debe manipularse por manos expertas para no alterar sus características, se ha destinado para su venta especialmente a los mercados cercanos del arco mediterráneo.

Las novedades de esta campaña 2019 vienen de la mano principalmente del tiempo de duración de la campaña, ya que ha conseguido ampliarse durante más de un mes. La recolección se ha retrasado en campo hasta finales de julio, un mes más de lo que se producía tradicionalmente. Antes los inicios empezaban en abril y ahora inician la recolecta entre el 10 y el 15 de mayo, dependiendo de la meteorología.

Este producto genera un importante impacto económico en la zona productora, entre los que se encuentran municipios como Agres, Alcocer de Planes, Alcoi, Alfafara, Almudaina, Beneixama, Beniarrés, Benillup, Benimarfull, Biar, Castalla, Cocentaina, Confrides, Quatretondeta, Gaianes, Gorga, Ibi, Xixona, l'Orxa, Millena, Monòver, Muro, Penàguila, El Pinós, Planes, Tollos, Vall d'Alcalà, Vall d'Ebo, Vall de Gallinera, Vall de Laguart y Villena.

Se estima que la cereza crea en una campaña normal entre 3.000 y 4.000 puestos de trabajo.