Alcoy superó el año pasado en 101 días los límites de contaminación por ozono que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pese a ser un dato relativamente mejor que los de ejercicios anteriores, desde el grupo ecologista La Carrasca se reclama la adopción de medidas tendentes sobre todo a reducir la densidad del tráfico. Y es que este factor, junto a las especiales condiciones orográficas de la ciudad, son los factores que están incidiendo de manera directa en la calidad del aire.
Los registros de contaminación por ozono troposférico de las estaciones de medición de la Red de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica de la Generalitat han determinado que Alcoy superó en 16 días los niveles de protección para la salud establecidos por las legislaciones española y europea, lo que supone una mejora en relación a años precedentes al situarse por debajo del límite de 25.
No obstante, continúan sobrepasándose ampliamente los niveles recomendados por la Organización Mundial para la Salud (OMS), que según se destaca desde las organizaciones ecologistas, son más adecuados que la ya desfasada normativa comunitaria. Fueron, en concreto, 101 días los que superaron los citados límites en este tipo de contaminación en la ciudad.
Hay que reseñar, en este sentido, que el ozono troposférico, también conocido como ozono nocivo, es un contaminante secundario producido por la reacción, en presencia de radiación solar, del dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias.
La Agencia Europea de Medio Ambiente calcula que se producen 1.800 muertes prematuras anuales en España como consecuencia de la exposición a niveles altos de ozono. También se relaciona con otras patologías como las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, partos prematuros, problemas reproductivos, peso bajo en recien nacidos o irritaciones oculares. La contaminación por ozono también tiene efectos negativos sobre la vegetación, tanto de bosques como de cultivos.
El por qué de la especial incidencia en Alcoy hay que buscarla en la densidad del tráfico -hay 60 vehículos por cada 100 habitantes-, y también en la especial orografía de la ciudad, con un casco urbano completamente rodeado de montañas que impide en muchas ocasiones una ventilación adecuada del aire.
En este sentido, desde el grupo La Carrasca se destaca que, a través de Ecologistas en Acción, se ha solicitado formalmente a la Conselleria de Medio Ambiente que ponga en marcha sin más dilación un plan de reducción del ozono, con la finalidad de evitar que continúe repitiéndose todas las primaveras y veranos esta situación.
Dichos planes, añaden, deben incluir la reducción del intenso tráfico urbano e interurbano que soportan las ciudades, la mejora del ferrocarril convencional, el mantenimiento del modelo de ciudad compacta que evita los desplazamientos motorizados, y la promoción del uso de medios de transporte más sostenibles, como caminar, la bicicleta y un transporte público y colectivo alimentado preferentemente por energías limpias.
La Carrasca, asimismo, reclama que vuelva a medirse en Alcoy la contaminación por partículas finas. Recuerda que en 2014, sin ninguna justificación, la Conselleria de Medio Ambiente dejó de realizar las mediciones, cuando en los años anteriores, en que sí hubo registros, los valores obtenidos incumplían claramente los límites recomendados por la OMS.
A este respecto, los ecologistas subrayan que las partículas finas en suspensión pueden penetrar profundamente en los pulmones y cada vez se consideran más perjudiciales. Estudios recientes aseguran que están relacionadas con la arteriosclerosis y las enfermedades respiratorias en niños, además de en diabetes y problemas en la función cognitiva y en el desarrollo neuronal. También está constatada la existencia de un nexo causal entre las partículas y la mortalidad cardiovascular y respiratoria.
Carriles bici y autobuses
Desde el Ayuntamiento de la ciudad, por otro lado, se destacan las actuaciones que se están llevando a cabo para reducir la contaminación, caso de los carriles bici, la promoción del transporte urbano con un incremento paulatino del número de pasajeros, y la renovación del alumbrado con luminarias inteligentes y de bajo consumo. También está contemplada, dentro del Pacto del Centro, la peatonalización progresiva de distintas zonas del casco antiguo, en lo que supone una medida disuasoria para el uso de los vehículos particulares.
