r.m.

La campaña que ha puesto en marcha Vega Baja Acoge para sensibilizar sobre la situación que sufren los refugiados cuenta con un vídeo con testimonios de solicitantes de asilo que han llegado a la comarca y que son atendidas por Vega Baja Acoge en la casa de acogida que gestiona en la capital comarcal. Una de ellas es Benice Zeik Kpwai, una camerunesa que llegó a España hace unos meses junto a su marido huyendo de quienes los querían matar. «Sentimos que venir aquí nos haría estar más seguros porque en nuestro país había muchos problemas y querían matarnos», explica en inglés. Ambos tuvieron un largo viaje desde Camerún y la etapa más difícil fue cruzar el mar. «Mi marido y yo decidimos huir, nos dijeron que estaríamos a salvo así y no pensamos en cómo nos íbamos a sentir ni nada, simplemente vinimos. Nosotros intentamos atravesar el mar desde Marruecos, parecía terrible, no fue fácil porque decidimos entre la vida y la muerte, pero tenías que tener el coraje de cruzar», cuenta Benice.

Una decisión, la de dejar su casa, a su familia y huir, que también tomó el colombiano Cristian Vivas Salazar. Ahora sonríe, pero fueron semanas de una presión psicológica muy fuerte. «Tenía la autoestima muy baja», reconoce. «Para mí fueron unos momentos muy difíciles, porque me tocó dejar todas las cosas que tenía, fue difícil la partida».

Tranquilidad

Ambos coinciden en que ahora pueden vivir más tranquilos, no con cierta melancolía por todo y todos los que dejaron atrás en sus países de origen. «El cambio ha sido a mejor porque tenemos la protección de la UE y no tenemos que preocuparnos de nuestra seguridad» señala Benice, aún con recuerdos traumáticos de Camerún. «No sabía cómo me iba a acoplar aquí, pero ahora me siento feliz porque me han dicho cosas que me motivaron y este viaje ha sido muy bueno, a pesar de dejar muchas cosas, pero hay camino por delante que nos dará otras mejores y me aferro a eso», explica Cristian.