Cuatro mujeres jóvenes han logrado convencer a su pueblo, Alcosser de Planes, de que una gestión local participativa es posible. Son conscientes de cuáles son las normas, y las van a cumplir, pero quieren que el pleno sea un mero trámite y que cada decisión que se tome sea votada en asamblea. Con el principal objetivo de «fer poble» Lucía Capablanca, Júlia Silvestre, Sara Sanjuán y Elena Fresneda, de Compromís, han logrado la Alcaldía de ésta pequeña población de poco más de 200 habitantes de El Comtat, dejando al hasta ahora alcalde en funciones del PP, Arturo Abad, como único miembro de la oposición.
La más joven es Júlia, con 22 años, y le siguen de cerca Sara y Elena, que tienen 23. Lucía, con 37, es la más mayor del grupo y la que ostentará, por decisión de todas, el cargo de alcaldesa, aunque «de forma representativa, a nivel burocrático», porque «en realidad las cuatro vamos a trabajar por igual, todo lo vamos a hacer entre todas».
La idea de presentarse a las elecciones surgió casi de forma espontánea. Los propios vecinos las animaron a liderar el cambio. Casi sin apenas pensarlo, las cuatro se unieron con el objetivo de dar voz a sus conciudadanos, «que sean ellos los que propongan qué necesidades tiene el pueblo, den ideas y voten cuál les convence más». Pese a que Alcosser de Planes cuenta con todo tipo de servicios cerca, dada su cercanía con otros municipios más grandes, como Muro o Alcoy, está sufriendo los efectos de la despoblación, un problema que afecta al conjunto del mundo rural.
En este sentido, «queremos estudiar mejoras para la línea de autobús que pasa por L'Orxa, Beniarrés y Gaianes porque por aquí no pasa si no avisas el día de antes». Las comunicaciones, aseguran, son esenciales para que los jóvenes continúen en la población y puedan desplazarse a estudiar a otros lugares. Pero también lo es el wifi, «con una buena red podríamos atraer a personas que trabajan desde casa y buscan un entorno tranquilo». Otra opción que plantean «es ver qué ayudas podrían pedirse para rehabilitar las viviendas que están completamente vacías y mediar para su venta», todo ello con la intención de «llenar el pueblo» y convertirlo en «un poble viu».
La igualdad es otro de los objetivos, aunque reconocen que «no nos hemos sentido excluidas por ser mujeres, al contrario, nos han acogido muy bien. El día de las elecciones fue muy emocionante, nos recibieron con champán». Con todo, lo primero que harán tras el 15 de junio será acceder al Ayuntamiento, conocer cada cuestión y convocar una asamblea para «empezar a trabajar con los vecinos».
