El Ayuntamiento de Alcoy ha iniciado las obras de consolidación de la ladera sobre la que se asientan los locales de cuatro filaes. Uno de ellos permanece clausurado como consecuencia de los desprendimientos registrados hace más de dos años, mientras que otro, tras ser reabierto recientemente, solo puede ser utilizado de manera parcial. Los trabajos, adjudicados por 402.930 euros, acabarán por fin con las penurias de estas entidades festeras, se espera que antes del Mig Any.
Tal y como se ha venido informando, fue en enero de 2017 cuando un fuerte temporal de lluvia, nieve y viento provocó desprendimientos en la ladera del río Barxell donde se asientan los locales de la filaes Muntanyesos, Realistas, Abencerrajes y Llana.
El incidente ha tenido una fuerte incidencia en el funcionamiento de estas entidades festeras, toda vez que mientras las dos primeras se veían obligadas a habilitar nuevas salidas de emergencia para poder utilizar sus sedes, las otras quedaban directamente clasuradas. Los Abencerrajes ya pudieron usar las instalaciones estas pasadas Fiestas aunque con limitaciones, mientras los festeros de la Llana siguen en la actualidad sin poder acceder a su local.
Han tenido que pasar más de dos años para que se haya podido iniciar la reparación. Primero se tuvo que determinar quien tenía que hacerse cargo de la inversión y, una vez que el Ayuntamiento decidió asumirlo, buscar ayudas para llevar a cabo los trabajos.
Así las cosas, en el primer trimestre de este año se realizó una primera fase consistente en el refuerzo de la cimentación del inmueble situado en la calle Bisbe Orberá, con un presupuesto de 107.812 euros, y ahora se acaba de iniciar el grueso de la actuación, dirigida a consolidar la ladera. También se procederá a construir una nueva balconada que sirva de salida de emergencia definitiva y con todas las condiciones de seguridad a las filaes.
El concejal de Territorio en funciones, Manolo Gomicia, señala que el objetivo es que el próximo Mig Any las obras ya estén terminadas, y recuerda que del medio millón de euros que se ha invertido en la actuación, «las arcas municipales solo aportarán el 50%. El resto procede de una subvención del Ministerio de Política Territorial».
El problema para las filaes es que los desperfectos en la ladera se registraron justo en la base de la balconada que era utilizada como salida de emergencia. Mientras unas entidades lograron habilitar puertas alternativas, otras lo han tenido más complicado o simplemente no lo han podido hacer
El primer tro de la Filà Llana, Jorge Soler, destaca que desde que se produjo el incidente «no hemos podido utilizar la sede porque, por nuestra ubicación, nos ha resultado imposible habilitar salidas alternativas. La verdad es que ha sido una época muy complicada, porque hemos tenido que pasar tres Fiestas de Moros y Cristianos buscando lugares alternativos. Somos seiscientos festeros más los acompañantes, y eso supone que hemos tenido que montar carpas en la calle y recurrir también a hoteles. También tenemos que agradecer la generosidad de otras filaes, que a lo largo del año nos han cedido locales para poder celebrar nuestros ensayos y asambleas».
El problema, afortunadamente, lleva ya camino de corregirse, «después de mil gestiones y gracias a que el Ayuntamiento se ha hecho cargo. La verdad es que tenemos muchas ganas de volver por fin a la normalidad».
Los Abencerrajes son la otra filà que más ha sufrido las consecuencias de los desprendimientos en la ladera, puesto que durante dos fiestas también tuvieron la sede clasurada, teniendo que buscar alternativas en instalaciones del Campus de la Politécnica y en dependencias hosteleras. Según señala su primer tro, Ignacio Vicedo, en la última trilogía ya pudieron utilizar el local, «aunque con limitaciones. Conseguimos habilitar una salida de emergencia, pero no con la suficiente capacidad, de ahí que si el aforo es de 400 personas, solo pudieron entrar 300».
Las filaes Muntanyesos y Realistas no han tenido problemas a la hora de utilizar los locales, porque pudieron habilitar nuevas salidas de emergencia sin dificultades. Aún así, sus responsables, Salvador Soler y Raúl Ferri, afirman que las obras iniciadas son un alivio, por la tranquilidad que supone la reparación de la ladera.
