La Aparición del niño Sant Jordiet sobre las almenas del castillo, con el lanzamiento de 20.000 flechas, puso el punto y final en la noche de ayer a las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy. Una multitud se dio cita en la plaza de España para asistir el acto y cumplir con el ritual de entonar por última vez el Himno, pensando ya en el año próximo.

Alcoy ha vivido tres intensos días con sus Fiestas de Moros y Cristianos, en los que se ha tenido tiempo de disfrutar de desfiles espectaculares, rendir honores al patrón San Jorge y asistir a estruendosas batallas de arcabucería. Pero todo lo bueno tiene un final, y éste llegó en la noche de ayer con el multitudinario acto de la Aparición.

Con una plaza de España totalmente abarrotada de público, el niño Sant Jordiet, Álvaro Santacreu, surgió de entre las almenas del castillo con su caballo para cumplir con la tradición del lanzamiento de flechas al público. Nada menos que 20.000 que los espectadores situados más cerca de la fortaleza pugaban por recoger como un recuerdo imborrable de las Fiestas.

Todo ello en medio de una iluminación azul -no hubo cambios de colores como en otras ocasiones-, y mientras todos los asistentes cumplían con el ritual de cantar el Himno de Fiestas.

Un castillo de fuegos artificiales lanzado desde la iglesia de Santa María puso el colofón al acto, antes de que Sant Jordiet diera la vuelta a la plaza montado en su carroza lanzando las últimas saetas a los asistentes.

Los típicos «soparets» alargarían todavía la velada para los más resistentes, mientras otros se refugiaban en sus casas con el pensamiento puesto ya en el inicio de las Fiestas de 2020.