Como si de una guerra de verdad se tratara, cuando empiezan los actos del Alardo. Pero no todo el mundo escapa del ensordecedor ruido, hay personas que disfrutan viendo el disparo, y una muestra de ello es que a lo largo de todo el recorrido hay público.
Festeros y espectadores llenan cada año la plaza de España y la calle San Nicolás para contemplar las Estafetas y las Embajadas, pero cuando finalizan los actos huyen lo más rápido posible del casco antiguo, el epicentro de la batalla. El fuerte ruido provoca que muchas personas sientan pánico en una jornada como la de ayer, y muchas otras simplemente busquen lugares más tranquilos en los que poder, como mínimo, hablar.
«Disfruto mucho con el Alardo porque me gusta el ruido y el jaleo del acto»
ISABEL VICEDO | ESPECTADORA LOCAL
Esto fomenta que las zonas de ocio y gastronomía sean las más concurridas cuando empieza el disparo. Uno de los puntos estrellas es el mercadillo, donde este año también hay puestos de Food Trucks, una caravana cervecería que está resultando todo un éxito, y una muestra de ello es que siempre hay clientes, y un espacio infantil con hinchables.
«Es algo que se siente. Es bonito ver cómo disparan, el ruido y el orden que siguen»
JORGE JORDÁ | ESPECTADOR LOCAL
Otra zona muy transitada en una jornada como la de ayer es el recinto ferial, donde las atracciones son una excelente opción para las familias con niños y niñas que quieren evitar transitar por las calles por las que transcurre el Alardo.
Pero es precisamente el estruendo que produce cada arcabuz cuando lo dispara un festero, multiplicado por miles de ellos, lo que atrae también a muchas personas. Aunque en este caso el número es inferior, es habitual ver público a lo largo de todo el recorrido, sobre todo en la plaza de España.
«Hay mucha historia en este acto. Me ha parecido muy bonito y emocionante»
ARVEY PÉREZ | TURISTA
Hay quien ni siquiera usa tapones, como es el caso de Isabel Vicedo, que disfruta tanto con el ruido que aseguró que «no me molesta nada». El Alardo le apasiona hasta al punto que lo ve año tras año de principio a fin en uno de los puntos más destacados, como es el cruce entre San Nicolás y San Lorenzo, con la Bandeja y el castillo justo enfrente, encontrándose en medio de todo el jaleo.
«Aunque me gusta y vengo a verlo, reconozco que el ruido molesta bastante»
LOLI ALBERO | ESPECTADOR LOCAL
Aunque en su mayoría son vecinos de la población, también es fácil encontrar a turistas como Arvey Pérez que está alojado en la ciudad desde que empezaron las Fiestas de Moros y Cristianos y aseguró tras el disparo de la mañana que «me ha encantado, es la primera vez que lo veo y he disfrutado mucho».
