En los meses previos a las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy el trabajo en un taller de confección es «frenético», según explica el gerente de El Molinar, Diego Gómez. La provincia de Alicante es la que más indumentaria encarga para este tipo de celebraciones.

Con los diseños en las manos, los festeros y el creados de los bocetos acuden a los talleres para seleccionar los materiales y, a partir de ahí, las modistas dibujan los patrones para empezar a cortar las piezas que utilizarán para el montaje de los trajes.

«La organización es fundamental -según indica Diego Gómez- para que todo esté listo a su tiempo». Los encargos «llegan con un año o año y medio de antelación», porque «es un proceso totalmente artesanal y se necesita tiempo», insiste el gerente de El Molinar.

Pese a que todo está calculado al milímetro, o al menos eso se intenta, siempre surgen imprevistos de última hora. «Nosotros intentamos tenerlo todo muy probado para evitar cualquier contratiempo, y nos encargamos de prepararlo y subir al Partidor para ayudar a los festeros a vestirse». Diego Gómez, asimismo, asegura que «también bajamos al final del recorrido para recoger parte de los boatos y algunas armas y cascos», porque en El Molinar «prima el alquiler».

Este taller alcoyano está abierto en la ciudad desde el año 87 y además de trabajar para las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy, en el caso de la confección, y para toda la provincia de Alicante, alquilando indumentaria festera. No obstante, «también hacemos trajes de romanos y cartagineses para Cartagena, vestimentas para Semana Santa, trajes para teatro y películas para toda España, incluso «tuvimos un encargo de caballeros alemanes de verdad», afirma Gómez.

Esther es una de las modistas que trabajan en El Molinar y mientras remata algunas piezas asegura que «siempre hay algo a última hora y tenemos que estar pendientes de que las cosas que nos encargan estén totalmente acabadas».

En este tiempo los talleres también trabajan el cuero y los metales, pero hay muchas modistas en la ciudad que se dedican únicamente a coser. En este caso, se encargan, sobre todo, de los trajes oficiales de las veintiocho filaes.