El trabajo de los diseñadores cada vez es más importante porque la estética de los trajes ha cambiado en los últimos años y cada vez son más elaborados. El diseñador Juan Climent considera que las Entradas de Alcoy son un escaparate donde los artesanos locales muestran sus creaciones y otras poblaciones captan ideas para alquilar indumentarias festeras.

Aunque en este sector si hay quien se ha adaptado a las nuevas tecnologías, Climent es uno de tantos que continúa dibujando todos sus bocetos a mano. «No critico a quines utilizan programas informáticos, pero yo me manejo mejor a mano», explica.

Algunos profesionales sólo realizan los bocetos, mientras que otros, sobre todo los más recientes, acompañan a sus clientes en todo el proceso, desde la elección de telas y materiales hasta el último momento, cuando en el Partidor se visten los cargos festeros, los escuadreros o los cientos de integrantes de un boato. Juan Climent es uno de estos, «yo estoy con ellos en todo momento, incluso bajo al final del recorrido para esperarlos».

Como en el resto de oficios que forman parte del mundo de las Fiestas de Moros y Cristianos, los diseñadores alcoyanos también trabajan para otras poblaciones. «Hay pueblos que van muy deprisa. Se están poniendo las pilas y cada vez más en lugar de alquilar realizan sus propios cargos», recalca Climent.

No obstante, el diseñador alcoyano reconoce que «Alcoy es una responsabilidad muy grande, se observa todo al detalle y hay muchas espectativas».

Juan Climent, aunque se ha dedicado toda la vida al mundo de la pintura, se introdujo en el diseño de los Moros y Cristianos hace diez años, cuando hizo sus primeros pinitos creando la escuadra de negros del alférez de los Asturianos cuando él era el primer tro de la Filà y siendo él uno de los componentes de la formación.

Durante este tiempo ha ido cogiendo prestigio y este año ha trabajado para prácticamente todos los cargos festeros.