Los ecologistas se han sumado por primera vez a las críticas contra el plan de erradicación de la xylella que está aplicando la Conselleria de Agricultura en la provincia, el cual conlleva el arranque de almendros sanos. La Carrasca-Ecologistas en Acción considera que este programa, que ya se ha llevado por delante 36.000 árboles, no está sirviendo para frenar la expansión de la bacteria, por lo que exige al departamento autonómico que lo sustituya por otro de contención. El grupo denuncia, en este sentido, los graves perjuicios medioambientales, sociales y económicos que se están ocasionando en las comarcas afectadas.
Tal y como se ha venido informando, el plan de erradicación de la xylella que la Conselleria de Agricultura está aplicando en la Marina Baixa, Marina Alta y El Comtat va a comportar el arranque de 100.000 almendros, según los afectados, 70.000 según el departamento autonómico, de los que 36.000 ya han sido destruidos. Esta circunstancia ha provovado las protestas de agricultores y ayuntamientos, que entienden que se está causando un grave daño tanto económico como medioambiental.
Pues bien, por primera vez desde que se inició la crisis, el movimiento ecologista se ha sumado también el movimiento opositor. Ha sido a través del grupo La Carrasca-Ecologistas en Acción, que denuncia las «consecuencias drásticas que comporta la eliminación de todos los árboles en un radio de 100 metros alrededor de cada almendro afectado».
Según destaca, «esta medida es ineficaz y no garantiza la eliminación de la bacteria, ya que es un hecho contrastado que los insectos vectores pueden diseminarse, transportados por el viento, a distancias muy superiores».
El protocolo de erradicación, continúan los ecologistas, «tiene un grave impacto sobre la agricultura de montaña característica de estas comarcas, donde el mantenimiento de las tierras de cultivo de secano es vital para la conservación del paisaje y de los sistemas de terrazas, imprescindibles para frenar la erosión». De igual forma, resaltan que este tipo de agricultura en las áreas de montaña es también de gran importancia «para crear descontinuidades entre las zonas forestales, con lo que se reducen los grandes incendios».
Respecto al impacto económico y social, La Carrasca reseña que «la eliminación de decenas de miles de almendros es un duro golpe para el futuro de los pueblos de interior, donde la agricultura es de gran importancia para revitalizarlos y frenar la despoblación, con gente joven que está regresando a la tierra, a menudo practicando la agricultura ecológica».
Tras criticar la forma en la que se están desarrollando tanto el arranque de los almendros como los tratamientos con insecticidas, los ecologistas reclaman a la Conselleria que pase a un plan de contención que evite la destrucción de árboles sanos, tal y como se ha hecho en otros puntos como el sur de la región italiana de Pulla, con el visto bueno de la Comisión Europea.
Asimismo, piden mayores esfuerzos en investigación, con el estudio de tratamientos que actúen sobre las plantas o sobre los vectores, pero que no afecten a otras especies beneficiosas. También un incremento de los controles analíticos.
Nueva resolución judicial denegando a los técnicos de la Generalitat la entrada a parcelas agrícolas
Los terrenos en cuestión están situados en Tárbena y el juez reitera que existen otros medios para tratar la plaga
Mientras se desarrolla el debate alrededor del cese del plan de erradicación de la Xylella, ha trascendido una nueva resolución judicial denegando a los técnicos de la Generalitat la entrada a parcelas agrícolas. Se trata, en esta ocasión, de unos terrenos situados en Tárbena, y con los mismos argumentos que se esgrimían en los anteriores.
Este diario avanzaba la semana pasada las primera resoluciones judiciales denegando a la Generalitat la entrada a parcelas agrícolas de la provincia para arrancar almendros afectados por el plan de erradicación de la Xylella.
Pues bien, ayer se daba a conocer otro auto que afecta a una parcela de Tárbena, en la que se utilizan exactamente los mismos términos. El fallo, en concreto, señala textualmente que «la admisión de lo que pretende la administración podría generar perjuicios de difícil o imposible reparación, de modo que ejecutadas las medidas de arranque y destrucción nos encontraríamos ante una situación definitiva e irreversible».
Después de citar que hay otros lugares como Italia o Baleares en que se ha modificado el protocolo de actuación, pasando de la erradicación a la contención, el fallo judicial señala que la medida que se solicita por parte de la Generalitat «no es proporcional al fin que se persigue, al existir, como ya ha sido puesto de manifiesto, otros procedimienos o mecanismos que pueden ser aplicados en el tratamiento de la plaga».
La Conselleria, como ya indicó la semana pasada, está recurriendo estas resoluciones ante el TSJCV.
