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Benilloba

Piden protección para el río Frainos tras una tala masiva de arbolado

La Coordinadora d'Estudis Eòlics del Comtat y el grupo Rentonar ponen los hechos en conocimiento de la CHJ para que los investigue e imponga sanciones

Imagen desoladora de la ribera del río Frainos a su paso por Benilloba, lugar en el que se ha llevado a cabo una tala masiva de árboles. Juani Ruiz

La Coordinadora d'Estudis Eòlics del Comtat y el grupo Rentonar han reclamado un plan público de protección de la ribera del río Frainos tras una tala masiva de árboles y movimientos de tierras en Benilloba. Ambas entidades han denunciado que este tipo de prácticas son habituales en todo el curso fluvial, también en Alcoleja y Penàguila, motivo por lo que han puesto los hechos en conocimiento de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Responsabilizan de ello a empresas eléctricas y madereras, así como a particulares, por lo que reclaman la adopción de medidas y la imposición en su caso de sanciones.

El río Frainos nace en la Sierra de Aitana y discurre por los municipios de Alcoleja, Benasau, Penàguila y Benilloba, antes de desembocar en el río Serpis tras recibir las aportaciones del Seta. En los últimos meses, denuncian estas asociaciones, los vecinos han visto desaparecer los bosques de chopos tramo tras tramo bajo la actuación de camiones, tractores y sierras a gasoil.

Se trata, destacan las asociaciones, de un bosque de ribera que constituye un complejo ecosistema de hábitats acuáticos, anfibios y terrestres, proporciona múltiples servicios medioambientales como lugar de recuperación de acuíferos, almacenamiento de aguas o pantalla frente a las crecidas del río, y asimismo tiene un rol especial en la vida de los habitantes de esta zona de escarpados barrancos y múltiples abancalamientos donde no abundan el frescor y la sombra.

La Coordinadora d'Estudis Eòlics del Comtat y Rentonar en Defensa del Patrimoni Natural y Cultural, acaban de denunciar a través de varios escritos los trabajos de tala de vegetación, construcción de un camino, desmontes, compactaciones y diversos movimientos de tierras realizados en el término municipal de Benilloba en primavera de 2017 y los últimos meses de 2018.

Las entidades responsabilizan de estos hechos a empresas eléctricas y madereras que, amparándose en el mantenimiento de una línea, «han ejecutado obras muy superiores a lo estrictamente necesario. En mayo de 2017 se llegó a desmontar una ladera y construir un camino a pocos metros del río Frainos, y en otoño de 2018 se realizaron extensas labores de tala, abandonando los restos por la zona, en el mismo río y al borde de un barranco, incrementando con ello el riesgo de incendio forestal».

Las asociaciones solicitan en un escrito a las empresas la copia de todas las autorizaciones y licencias pertinentes de la CHJ o del Ayuntamiento de Benilloba, que no consta se hayan concedidio por unas obras que han afectado considerablemente al bosque de ribera.

Igualmente, han presentado un escrito de denuncia y acceso al expediente ante la propia CHJ, organismo responsable del sistema del río Serpis, «por la tala de vegetación, movimientos de tierras y abandono masivo de residuos que han llevado a cabo particulares y/o empresas madereras en su nombre». También se ha remitido copia de toda la documentación a los ayuntamientos de Alcoleja, Benilloba, Cocentaina y Penàguila, la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiete y el Ministerio de Transición Ecológica.

Especies

Denuncian que en las talas realizadas en Benilloba han desaparecido árboles como el álamo blanco, abeto, chopo, peral, manzano, membrillero, nogal, olmo, pino y sauce, así como decenas de especies de arbustos. «El paisaje -enfatizan- parece haber sido víctima de una horrible batalla donde resulta difícil pisar la tierra por las ramas y residuos abandonados por doquier, como las enormes pilas de árboles enteros amontonados de cualquier forma junto al cauce del río Frainos». Destacan, en este sentido, que según la ley de aguas, una sanción por infracción leve puede alcanzar 10.000 euros y hasta un millón en caso de infracción grave.

Las asociaciones consideran que estos movimientos de tierras y trabajos de tala tienen un gran impacto paisajístico y medioambiental, tanto en el río Frainos como en los espacios naturales protegidos colindantes con la zona, caso de los LIC de Aitana, Serrella y Puigcampana, las ZEPAS Muntanyes de la Marina y el paisaje protegido del Serpis. Además, muestran su convencimiento de que no se ha llevado a cabo ningún estudio de evaluación de impacto ambiental ni paisajístico previo a los trabajos.

También denuncian que hace mucho tiempo que no se lleva a cabo una limpieza adecuada del cauce del río por expertos de la CHJ, en lo que supone una gestión «aparentemente inexistente».

Con todo ello, ambas entidades opinan que ha llegado la hora de que el Ministerio para la Transición Ecológica, la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Júcar «asuman su obligación de proteger el ecosistema que constituye el bosque de ribera del Frainos a través de la puesta en marcha y la dotación de recursos de un plan de recuperación, gestión y protección público, racional y sostenible».

Experiencia en la lucha contra los impactos ambientales

La Coordinadora d'Estudis Eòlics del Comtat tiene ya una dilatada experiencia en la lucha contra proyectos que suponen un fuerte impacto paisajístico. La entidad se constituyó a raíz del plan promovido en 2004 por el Consell para la instalación de parques eólicos en las sierras de Alfaro y Almudaina. Las movilizaciones llevadas a cabo, la presentación de 40.000 alegaciones y diversas acciones legales fueron decisivas para paralizar la iniciativa.

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