La Universidad de Alicante ha inaugurado en su Campus de Alcoy la exposición "Lenguaje para la Igualdad. ¡No tiene nombre!" como parte de su programación cultural patrocinada por la Fundación Mutua Levante. El acto inaugural ha tenido lugar en la Sala de Exposiciones de la Cámara de Comercio de Alcoy, con las intervenciones de Aroa Mira Rojano, concejala de juventud del Ayuntamiento de Alcoy, Majo Pallarés, coordinadora de actividades culturales del Campus de Alcoy-UA, y Juan David Santiago, técnico de la UA especialista en violencia de género, coeducación, diversidad afectivo-sexual, quien ha presentado el proyecto "Mujeres Ingenieras" y "Quiero ser Ingeniera" del Instituto de la Mujer e Igualdad de Oportunidades (IMIO) y la Universidad de Alicante a través de su Escuela Politécnica Superior.

La muestra, comisariada por el Centro de Estudios sobre la Mujer de la UA, expone diversos paneles a través de los que se presenta la realidad de las mujeres que son la mitad del mundo, no un simple colectivo o grupo social, con todas sus diferencias y toda su diversidad. La mitad del mundo a las que el lenguaje les causa agravios comparativos. La exposición es una apuesta por un lenguaje por la Igualdad en la comunicación, un lenguaje en el que las mujeres y lo femenino tengan su espacio justo y equitativo. Las viñetas que se exponen en los paneles de la exposición son creación de Diana Raznovich.

Las creadoras de la muestra afirman que las mujeres actuales han variado enormemente sus vidas respecto a sus abuelas. Han pasado de la privación al reconocimiento de sus derechos. Y este, que es uno de los mayores cambios, se ha producido casi sin sentir, como si fuera natural, como si ello no tuviera que comportar ningún otro cambio, como si no influyera en la vida social, silenciosamente. Este silencio proviene en gran parte del lenguaje, que no se ha adaptado a estas novedades. El lenguaje, el pensamiento y las emociones son indisociables y son estos precisamente los tres atributos que distinguen a los seres humanos de los animales. Pero el lenguaje se adquiere en la más tierna infancia y cuesta de cambiar lo aprendido, esto es cierto. ¿Quizás por ello nos oponemos tanto a adaptar nuestras palabras y formas de expresión a la realidad actual de Igualdad entre mujeres y hombres? Las mujeres y lo femenino tienen que tener su espacio justo y equitativo en el lenguaje. El lenguaje les causa agravios comparativos: no las nombran, las obligan a traducirse en lo masculino. No podemos seguir usando la lengua de manera desigual y discriminatoria cuando vivimos en una cultura que ha adoptado la Igualdad como principio y objetivo.