El arranque de almendros como consecuencia de la Xylella va a reducir la cosecha de la provincia de Alicante en alrededor de 350 toneladas de almendra en grano. El plan de erradicación que está llevando a cabo el Consell afecta a alrededor de 72.400 árboles de las Marinas, el Comtat y l'Alcoià, y eso, lógicamente, tiene una repercusión directa sobre la producción. Las pérdidas económicas por este descenso, teniendo en cuenta los actuales precios, se sitúan en cerca de 1,6 millones de euros.
Tal y como se ha venido informando, la Xylella Fastidiosa se extiende imparable por el norte de la provincia de Alicante, hasta el punto que ya alcanza a más de 60 municipios de la Marina Alta, la Marina Baixa, El Comtat y l'Alcoià. De acuerdo con los datos que maneja la organización agraria Asaja, el plan de erradicación que está llevando a cabo la Conselleria de Agricultura afecta a 72.400 árboles que o bien ya han sido arrancados o se encuentran en proceso.
La consecuencia, según las mismas fuentes, es que la producción en el conjunto de la provincia de Alicante se va a ver reducida en más de 350 toneladas de almendra en grano, lo que supone alrededor de un 16% de la cosecha. En las comarcas afectadas, lógicamente, este porcentaje es mucho más elevado, alcanzando el 100% en algunos puntos. A nivel económico, las pérdidas derivadas directamente de este descenso, teniendo en cuenta los actuales precios, se sitúan en 1,6 millones de euros.
El plan de erradicación está recibiendo numerosas críticas por parte de Asaja, los agricultores y algunos alcaldes, que piden que se pase a un plan de contención. Las medidas que se están aplicando, basadas en la normativa comunitaria, consisten en el arrancado y destrucción in situ de los árboles afectados, así como de los situados en un radio de acción de cien metros alrededor. Con el plan de contención sólo se eliminarían los árboles directamente afectados. Desde Asaja se ha criticado igualmente la insuficiencia de las indemnizaciones a los agricultores y el retraso en el cobro.
Con todo, también hay algunas organizaciones discrepantes, caso de La Unió de Llauradors. El responsable del sector de la almendra en esta entidad, Juan Pastor, manifestaba a este diario que «evidentemente para los afectados es un palo muy duro ver cómo les arrancan los árboles. Pero podemos no hacer nada, y ya vemos los desastres que han acontecido en lugares como Italia o Mallorca, o aplicamos las medidas que dicta la Unión Europea».
Temor a las heladas ante el adelanto de la floración
La floración de los almendros se ha adelantado este año, lo que está generando temor entre los agricultores ante la posibilidad de que se produzcan heladas que generen pérdidas. Según explicaba Juan Pastor, de La Unió, son los almendros situados en las zonas más costeras los que están más adelantados, si bien en el interior también han empezado ya a florecer De no surgir ningún contratiempo, la cosecha superaría las 2.200 toneladas de 2018. M. V.
Precios bajos que comprometen la rentabilidad
Los precios de la almendra cotizan en la actualidad a la baja, lo que está comprometiendo la rentabilidad del cultivo. Según Juan Pastor, de La Unió, en la actualidad apenas se alcanzan los 4,5 euros por kilo de almendra en grano, cuando hace apenas dos años se pagaban 6. «El resultado es que estamos prácticamente cambiando el dinero. El cultivo, para ser rentable, tiene que moverse en un precio mínimo de 5,5 euros», enfatizaba.
Otro dato curioso es que el 80% de la producción se destina a la exportación, principalmente a Europa. «Los precios son más elevados en los mercados exteriores que en España, por lo que aquí acabamos consumiendo almendra de menor calidad procedente de fuera que la que tenemos en nuestros campos, que es mucho mejor».
Pese a todos los inconvenientes, el cultivo de la almendra va creciendo de forma paulatina, sobre todo en los puntos en los que es posible el regadío.
