Al contrario que con las aceitunas, las bajas temperaturas registradas la semana pasada van a tener efectos beneficiosos para otros cultivos, como es el caso de los cerezos, muy arraigados tanto en El Comtat como en la Marina Alta y el Vinalopó.
Se trata de unos frutales que precisan del frío para poder descansar de forma conveniente durante el invierno y, de esta forma, ofrecer unos mejores rendimientos en el momento en que arranque la temporada, allá por el mes de abril.
Por otro lado, los almendros, que estaban a punto de florecer, han visto frenado este proceso debido a la notable bajada de los termómetros.