Los Reyes Magos volvieron a despertar un año más la magia y la ilusión en la villa de Ibi. Los de Oriente hicieron su entrada por la Avenida Joaquín Vilanova ante la mirada de gran cantidad de público. En los rostros de grandes y pequeños se podían ver los nervios que sus majestades despiertan cada 5 de enero con su llegada al municipio con un gran cargamento de deseos para todos los ibenses.

La gélida tarde arrancaba con el desfile de José, María y el Niño, quienes arropados por los pastores iniciaban su camino hacia el pesebre. Tras ellos el rey Herodes iniciaba su recorrido hasta palacio acompañado de su séquito romano y ayudantes. En sus ilustres dependencias el malvado personaje esperaría la visita de los de Oriente.

Cuando la noche ya cubría el cielo ibense, los tres Magos de hacían su entrada en la villa del juguete puntuales a su cita como cada año. Detrás de ellos los paqueteros reales alumbraban con antorchas el camino hacia el portal. Un gesto que ha recuperado este año la nueva directiva de la Asociación de Reyes Magos puesto que ya se llevó a cabo años atrás.

El brillo y el color de sus trajes, la elegancia de sus coronas y sus lustrosas barbas iluminaban las miradas de todos los que cada año esperan impacientes la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Tras la adoración al Niño, el rey Baltasar daba la orden a los pajes para que iniciaran el reparto de los más de 1.800 paquetes que portaban en sus camiones. Sin duda, un mágico momento en el que todo el público tiembla de emoción.

Bien entrada la noche y bajo la luz de la luna, los Reyes Magos regresaron a la entrada de la villa para subir a sus carrozas e iniciar la Cabalgata en la que participaron más de 400 vecinos ibenses.