La ermita de Santa Bárbara volvió a ser ayer punto de reunión de numerosos contestanos para celebrar el día de la «Corriola». Una tradicional jornada en la que el paraje reúne a multitud de vecinos del municipio para desayunar el tradicional «redó amb llonganissa» Además del peculiar almuerzo, los que acuden a la cita también participan en una misa de campaña o estiran la cuerda para hacer sonar la campana, otro momento que los más pequeños esperan con ilusión.

A primera hora de la mañana, el sonido de las «xirimites» y «tabals» del grupo Mas Passet resonaban por las calles de Cocentaina. Estas tradicionales notas sirvieron de acompañamiento para realizar el ascenso desde el centro del municipio hasta el paraje donde está ubicada la ermita. A la romería acudieron numerosos vecinos que, ataviados con sus mochilas cargadas de los característicos panes y el embutido iniciaban el singular camino.

A la llegada al paraje, los vecinos cogieron asiento para iniciar el tradicional almuerzo. También es obligado tirar de la cuerda que permite impulsar la campana para que difunda su sonido característico por todo el casco urbano de la villa condal. Además, los presentes pudieron disfrutar de forma pionera de un taller de «muixeranga». La misa de campaña puso punto y final a la mañana.