No suele prodigarse demasiado en público, por eso cuando lo hace demuestra su condición de superestrella. Así se constató anoche en el acto en el que Alcoy le dedicaba a Camilo Sesto el nombre de su principal avenida, la Alameda, que a partir de ahora pasa a denominarse Alameda Camilo Sesto. El artista más universal de la ciudad, Hijo Predilecto además desde hace justo dos años, recibió un auténtico baño de masas, mostrándose sumamente emocionado con la respuesta tanto de sus conciudadanos como de sus fans en general.

La concesión del título de Hijo Predilecto de Alcoy, en noviembre de 2016, ya puso en evidencia que Camilo Blanes, conocido artísticamente como Camilo Sesto, seguía siendo un auténtico ídolo de masas. Fueron miles de personas las que abarrotaron por completo el Teatro Calderón y la Plaça de Dins para presenciar el acto, y millones las visitas procedentes de todos los puntos del planeta que recibió el evento a través de internet y las redes sociales.

Ayer volvieron a confluir diversos factores que propiciaron que la respuesta del público fuese de nuevo acaparadora. A la dedicatoria de la calle se le sumó el lanzamiento la semana pasada en Madrid del que todo parece indicar que puede ser el último trabajo del artista. Un disco recopilatorio, denominado «Camilo Sinfónico», que cuenta con la colaboración de cantantes reconocidos como Marta Sánchez, Mónica Naranjo, Pastora Soler y Ruth Lorenzo.

Un magnífico colofón a la carrera extraodinaria de uno de los artistas insignia de España, galardonado en 2011 con la medalla «Máximo orgullo Hispano» entregada en Las Vegas. Ha editado álbumes en inglés y algunas de sus canciones clásicas las ha interpretado en italiano, portugués y alemán. Fruto de su frenética actividad en las décadas de 1970 y 1980 y con más de 100 millones de discos vendidos, continúa siendo uno de los intérpretes con mayor cantidad de números uno, un total de 52, 18 de ellos en la lista de los 40 Principales.

Como compositor ha escrito canciones para Miguel Bosé, Ángela Carrasco, Lani Hall, Andrey Landers, Lucía Méndez, Manolo Otero, Sergio Fachelli y José José, entre otros. En 1975 protagonizó el papel de Jesús en la ópera rock Jesucristo Superstar, que él mismo financió en su adaptación al español.

Con todos estos antecedentes, y a la vista de lo que sucedió anoche en Alcoy, se puede afirmar sin ningún genero de dudas que a Camio Sesto se le puede aplicar sin complejos el calificativo de «Superstar», emulando precisamente a uno de los principales éxitos de su trayectoria profesional.

Fue a las nueve de la noche, aunque con muchos minutos de antelación la confluencia de la Alameda con la calle Poeta Joan Valls, donde se iba a descubrir la placa, ya se encontraba totalmente repleta de público. De hecho, la Policía Local tuvo que cortar uno de los carriles de la avenida para otorgar espacio al público, que enloqueció por completo​ a la llegada del vehículo en el que viajaba Camilo Sesto.

Móviles en ristre para captar fotografías de su ídolo, aplausos, gritos de emoción y un coro rítmico y acompasado al nombre de «Camilo» acompañaron la llegada del artista, que quedó situado junto al alcalde totalmente rodeado por cámaras y micrófonos, la corporación municipal y representantes del Club de Fans.

La megafonía instalada para la ocasión, afectada por la cercanía de tanto teléfono móvil, no sirvió para demasiado, aunque entre interferencias se pudo escuchar en primer lugar al alcalde, Antonio Francés, recordar que aunque el cantante ya recibió hace dos años la Medalla de Oro de la ciudad y la distinción como Hijo Predilecto, aún quedaba pendiente una deuda con él. «Camilo -dijo-, aquí tienes tu calle».

Aunque curtido en mil batallas -sirva el símil para los existosos conciertos de toda su carrera-, Camilo Sesto no pudo evitar emocionarse. De hecho, entre lágrimas y algún que otro sollozo, no dudó a la hora de señalar que «pueblo como este solo hay uno».

Fue el preámbulo para el descubrimiento de la placa de la Alameda Camilo Sesto, a los acordes, como no podía ser de otra forma, de la sentida canción «El meu cor és d'Alcoi».

Y a partir de ahí, más locura. El homenajeado, mientras tarareaba el tema, también atendía a los medios de comunicación, reiterando su agradecimiento y orgullo. «Millor que açó, no hi ha res», manifestaba. Incluso tuvo tiempo para contestar alguna pregunta referida a su salud, indicando que «de vez en cuando a uno le pasan cosas, pero la vida sigue conmigo y sin mí».

Empujones, más griterío por parte de sus fans y la hora de iniciar la retirada hacia el coche, de nuevo rodeado por una multitud, flases y pantallas de móviles y más gritos de «¡Camilo!, ¡Camilo!».

Una salida del escenario digna de una estrella, de un cantante que vuelve a ser más profeta que nunca en su tierra convertido, vuelva a servir el símil, en «Camilo Superstar».