Los paraguas asomaron ayer en la tercera jornada de las fiestas de Moros y Cristianos de Castalla, pero no como consecuencia de la lluvia, sino para resguardar del calor principalmente a los niños, que ayer acapararon gran parte del protagonismo. Fue por la mañana, durante el Desfile Infantil, que se desarrolló bajo un sol de justicia. Con todo, y pese a las altas temperaturas, los pequeños demostraron estar más que preparados para tomar el relevo de sus padres en años venideros y garantizar la pervivencia de la celebración. También se puso de manifiesto después, en la «Ballada de Banderes», que contó con una asistencia masiva de espectadores. La Ofrenda de Flores a la patrona, la Virgen de la Soledad, fue la otra gran cita de la jornada, con el brillante desfile previo por las calles del municipio. Castalla cerrará hoy sus Fiestas con el segundo día de «Trons», con el Alardo del mediodía, la Guerrilla y Embajada Mora a las 17 horas y la Procesión de la «Pujada» a las 21.