La música, la alegría y la tradición de los Moros y Cristianos inundaron ayer las principales calles de Castalla para celebrar la festividad de Sant Jaume. Esta jornada anuncia como cada mes de julio la proximidad de los días grandes que se vivirán del 1 al 4 de septiembre en honor a su patrona la Virgen de la Soledad. Los actos, que arrancaron a primera hora de la mañana, congregaron a multitud de festeros y público visitante de toda la comarca hasta altas horas de la madrugada.

La jornada festera daba su pistoletazo de salida con el acto de la Diana. Las tres comparsas moras y las cuatro cristianas se concentraron para iniciar el desfile «dianero» y despertar a son de fiesta a todo el municipio. Tras el desfile, los festeros se dirigieron a la Iglesia para celebrar la misa de comparsas. Este acto, que habitualmente tiene lugar en la ermita de la Sang, se celebró en la parroquia local debido a las obras de mejora que se están llevando a cabo en dicha ermita.

Por la tarde, y tras reponer fuerzas durante la comida, los festeros se volvieron a dar cita en la Iglesia para bendecir las banderas que seguidamente fueron desplegadas por las Damas y la Reina de las Fiestas. Tras la apertura de banderas, los festeros anunciaron al resto de ciudadanos la llegada de los Moros y Cristianos con el desfile del «Avís Fester». A partir de este momento, tuvo lugar el acto más significativo de la jornada, la tradicional «Ballà de Banderes», un momento muy destacable que cada año reúne a más espectadores.

Cabe destacar que las altas temperaturas no fueron problema para festeros y público, que disfrutaron de la jornada hasta altas horas de la madrugada.

A partir de este fin de semana, Castalla vivirá un intenso mes de fiesta con los días de vaca y los actos previos a los días grandes que tendrán lugar del 1 al 4 de septiembre en honor a su patrona.