Respirar aire puro, mimar la naturaleza y los animales o aprender costumbres tradicionales son los principales objetivos de pasar el verano en la granja escuela. Más de cien niños vivirán sus vacaciones en un entorno que pretende hacerlos desconectar de la rutina escolar y el frenesí de la revolución tecnológica. Los participantes llegarán a la granja escuela Riera de Agres en cuatro turnos y permanecerán en las instalaciones una semana, días para desconectar, divertirse y hacer nuevos amigos. Las familias eligen esta opción de tiempo libre para que sus hijos conozcan las costumbres de la comarca o aprendan a desarrollar su autosuficiencia y el desapego familiar. En los últimos años, la listas de espera confirman que este tipo de ocio va en aumento y cada vez es más elegido por las familias de l'Alcoià y El Comtat.

La jornada de actividades combina los trabajos de granja con el aprendizaje de los oficios artesanales. Durante la mañana, los educandos llevan a cabo el cuidado de los animales y la elaboración artesanal de pan. Una actividad que realizan a diario para poder degustarlo en las comidas. Durante la tarde y tras el descanso, los jóvenes se dividen en grupos para aprender la transformación de las materias primas de forma artesanal. La construcción de juguetes tradicionales con madera, figuras de barro o gorros y bufandas de lana son algunos de los objetos que se llevan a cabo en los talleres. También aprenden a dar forma al esparto o la transformación de hierbas medicinales en vaselinas y cremas. Además, realizan excursiones para conocer la comarca y sus lugares más emblemáticos».

La coordinadora de la granja, Sari Abad, indicaba que «los niños agradecen estos días de desconexión, algunos es el quinto año que repiten». Argumentaba que «hemos tenido que dejar a niños fuera debido a la alta demanda en algunos turnos, hecho que indica que este ocio va en aumento y que los padres le dan el valor que tiene».